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ABC SEVILLA 01-05-1930 página 46
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ABC SEVILLA 01-05-1930 página 46

  • EdiciónABC, SEVILLA
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olería n. 5 San Bernardo, 18. Madrid. Apartado 8.057 Manolita de Pablo R e m i t e baíleles p a r a iodos los sorleos, desde u n décimo e n adelante, a provincias y extranjero. Tiene billetes p a r a el g r a n sorteo d é l a C i u d a d Universitaria, a tOOpts. décimo y m i l pls. billete. Los panos deberán efectuarse p o r adelantado, n o sirviéndose p e d i d o s CORÍTRA R E E M B O L S O AYUDANTES DE OBRAS PUBLICAS AOADJSMTA C A N T O S San Bernardo, 2, Madrid. AYUDANTES m ons mim flPCkSiCBON S 1 Instancias hasta el 31 agosto. Exámenes en noviembre. Programa y preparación por ingenieros en el INSTITUTO RETJS PRECIADOS, 23, Madrid. ü ü Q 11 ¿i I S A Próxima convocatoria para administrativos, mecanógrafos y periciales. f e w r W W i V B H m í- fi E ¿4 w para preparación en sus clases o por correo, programas y contestaciones el INSTITUTO ItEUS PRECIADOS, 23, MADRID. Tenemos internado. Tres últimas oposiciones obtuvimos 47 plazas. Preparación por Sr. Moreno Tapia, del Cuerpo Pericial, destinado en Dirección General. Sección independiente señoritas. Textos. Academia Cela, Fernanflor, 4, Madrid. Convocadas 40 plazas de mecanógrafos. Edad, ser mayor de dieciséis años. Examenes, 1. de julio. Instancias, del 20 de mayo al 20 de junio. Se admiten señoritas. Para la presentación de instancias, programa oficial, que regalamos; Contestaciones y preparación, diríjanse aJ INSTITUTO REUS Preciados, 23; Puerta del Sol, 13, y Mayor, 1, Madrid. En las últimas oposiciones a Aduanas, nuestros alumnos y suscriptores obtuvieron 47 plazas, de ellas 13 las señoritas cuyos nombres y apellidos figuran en e) prospecto que regalamos. OPOSICIONES A ADUANAS O P O S I C I O N E S PARA Preparación, programas y contestaciones para Judicatura, Registros, Notarías, abogados del E. Jurídico, Secretarios de Ayuntamiento y judiciales, etc. en el INSTITUTO REUS PRECIADOS, 23, Madrid. No tenemos Apartado en Correos. Regalamos prospecto. En dichas oposiciones hemos obtenido varias veces el número 1 y centenares do plazas. Tenemos Residencia Internado. ABOGADOS g o jS F E R N A N D E Z Y GONZÁLEZ EL PASTELERO DE MADRIGAL $51 Y separándose de Yhaye, se lanzó rápidamente al lecho, y dijo con voz ardiente: -i Padre, padre, volved en vos; aquí está monseñor Pietro Mastta! Pareció como que una corriente eléctrica galvanizaba al moribundo alcalde Santillana. Se alzó sobre sus brazos, y exclamó, fijando en la cámara la mirada vaga, calenturienta, horrible de sus ojos vidriosos. Don Rodrigo estaba horrible, livido, demacrado, desencajado, impreso en el semblante un terror infinito. -r- Acercaos, acercaos, monseñor- -dijo con voz sepulcral- porque me muero. Yhaye se acercó rápidamente, sombrero en mano, inclinada la cabeza y profundamente dominado por aquella situación sombna. -Perdonad, padres- -dijo María de Santillana- pero desearía que nos dejaseis solos. Los religiosos salieron en silencio. ¡Hablad, hablad, monseñor! -dijo Santillana- ¿Me traéis su perdón? ¿Él perdón de quién? -dijo con voz sombría y terrible Yhaye. ¡E l perdón de ella, de su esposa! ¡Porque él no ha podido perdonarme! ¡Porque él no ha querido perdonarme! ¿Cuándo habéis visto que la víctima perdone a su verdugo? -dijo con voz más terrible aún Yhaye. Don Rodrigo lanzó un gemido de dolor y de espanto. ¡Por caridad, monseñor! -exclamó llorando María- i No estáis viendo el tormento de mi infeliz padre? ¡Estoy viendo al Rey don Sebastián pendiente ¡de la horca como un criminal. infame! -dijo Yhaye, rugiendo ya- ¡Estoy viendo morir a mi pobre hermana desesperada; estoy viendo a mis desdichados sobrinos huérfanos; y todo por un juez cobarde, que muere devorado por el remordimiento! -j Muerta! -exclamó don Rodrigo con un terror horrible- ¡Muerta ella también! -Muerta, sí, de dolor y de desesperación; pues qué, ¿podía ella vivir sin él, que era la mitad de su alma? ¿Puede vivir una criatura a quien arrancan d corazón? s- iYq seré Ja madre de esos, huérfanos e x c l a m ó María, cayendo de rodillas a los pies de Yhaye- ¡Yo me consagraré a ellos, yo viviré para ellos; perc mi padre, monseñor, mi padre; ved que muere desesperado, ved que desde la eternidad le llama a sí la terrible sombra del Rey don Sebastián! -Le estoy viendo... sobre la escalera del patíbulo... volviendo hacia mí sus ardientes ojos... murmurando con acento lúgubre: ¡Ah, don Rodrigo! ¡Don Rodrigo! ¡Yo te emplazo ante el Tribunal de Dios! -exclamó con una ansiedad espantosa el alcalde. Yhaye se estremeció de compasión, a pesar de que odiaba con toda su alma a don Rodrigo. María lloraba asida a las rodillas de Yhaye, temblando. De repente, el semblante del alcalde se iluminó con una expresión de infinita alegría. ¡A h! ¡Esperad... ¡Esperad... -exclamó con un acento apenas perceptible- M i vista penetra en la eternidad... No es ya un patíbulo lo que veo... Es un trono de blancas nubes... iluminado por la eterna luz de un sol de gloria... No es el hombre que veo un sentenciado que maldice... No son sus ojos unos feroces ojos que amenazan... No... En ellos resplandece la eterna paz... la eterna bienaventuranza... En su frente hay una corona de Rey, y en derredor de su cabeza... una sangrienta aureola de mártir... Es él... es él. Gabriel de Espinosa... el pastelero de Madrigal... Don Rodrigo guardó silencio, y. sus ojos permanecieron fijos como en un punto infinito del espacio, dejando ver un brillo extraño, como si en ellos reflejase la luz de una visión de gloria. Yhaye le miraba dé una manera inmensa. María seguía llorando, asida a las rodillas de Yhaye. -Esperad... esperad... -dijo, rompiendo de nuevo el silencio, Santillana, pero con la voz más débil- Las nubes se rasgan y aparece una blanca y purísima figura... úria mujer... hermosa como un ángel... que se eleva... que se eleva hasta el lugar donde está Gabriel de Espinosa... Sobre sus negros y ondulantes cabellos se ciñe, también, una corona de Reina... y la sangrienta aureola del martirio rodea también su cabeza... Llega... llega a él... Mirad... se unen felices entre los brazos de un ángel... ¡Ah... ¡Ah... E l Rey don Felipe no puede quitarles la corona. la 1

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