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ABC SEVILLA 09-05-1930 página 3
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MADRID- SEVILLA 9 DEMAYO DE 1930. NUMERO 10 CTS. SUELTO R E D A C C I Ó N P R A D O D E S A N S E B A S T I A N SUSCRIPCIONES Y A N U N C I O S CERCANA A T E T U A N SEVILLA BC DIARIO ILUSTRADO. N. A Ñ O VIGÉ 8.539 MUÑOZ S 1 MOSEXTO B) S OLIVE. que formaba parte Cataluña) p u d o s e r e l lar- -contra la hegemonía castellana (que él m á s fuerte d e l o s Estados cristianos de la para Cataluña recaba, prescindiendo de A r a Península. Con s ó l o u n a p a r t e d e l esfuerzo gón, de que formaba parte) aun cuando empleado en l a s empresas mediterráneas, ha- realmente hubiese existido. Y si no existió, b r í a p o d i d o reconquistar la porción m á s co- ¿dónde está el apoyo de lo que con vago p i o s a y m á s fértil de l a Península, d e t e n t a- eufemismo ha venido llamando la incomLa revelación d a a ú n p o r l o s m o r o s Y cuando l a s corrien- prensión ele Castilla? En- la ultima obra de D Francisco Cambó tes d e l Renacimiento hubiesen traído la uniPorque y a- veremos que tampoco está en rotulada Por la concordia, y cuya publicación dad peninsular, bajo la hegemonía catalana lo que Cambó denomina e l hecho diferenanuncié en mi artículo anterior, hay una re- y a base federativa- -como lo era la del rei- cial o sea en la posesión por Cataluña de velación que, ante todo, debe ser recogida. no de Aragón- se habría estructurado Ta un idioma vernáculo distintó del oficial de A l e apresuro a decir q u e no es r e v e l a c i ó n unidad española de acuerdo con las dos gran- la- nación. de Cataluña. Y a expuse, sin distingo alguno, VÍCTOR P R A D E R A des realidades peninsulares: mía unidad y q u e para nú, la voz del catalanismo no es una diversificarían... DESPUÉS DE M U K E T Y l a voz del glorioso Principado. E l l o aparte C a t a l u ñ a no tiene que revelar nada, porque D E L T K A T A D O) E C o E B K l L L A Ú N I C A P O L I J a revelación extraña, o pensamiento oculto T I C A S E N S A T A Q U E P O D Í A Y DEBÍA S E G U I R C A o culpa cometida, y la noble región del Me- TALUÑA ERA LA D E E X T E N D E R S E C U A N T O F U E S E diterráneo. se ufana justamente de su historia P O S I E L E S U SOBERANÍA, S U POBLACIÓN Y S U luminosa para que sienta necesidad alguna L E N G U A DENTRO D E L A- P E N Í N S U L A Más a r r i b a s e h a d i c h o q u e d e l a reveSería curioso buscar la influencia del. río de poner de relieve nada encubierto; y tiene en su hidalguía secular el más enérgico pre lación s e desprendía q u e el partido a c a u d i- en nuestra literatura porque faro es el autor servativo contra acciones vituperables. L a l l a d o p o r Cambó no rechazaba- -por lo me- -en todas, las épocas- -qué en éV lio- ha harevelación- -en el sentido m á s laudable que n o s c o m o hecho- -la u n i d a d española. Ahora llado motivo de inspiración, y, contrastar, a esta palabra pueda darse- -es del partido h a y q u e a ñ a d i r q u e no le- repugna siquiera junto a esta alta y noble ascendencia literasu realización b a j o la hegemonía de u n o de ria del Guadalquivir, su escaso empleo y político que capitanea el Sr. Cambó. l o s reinos peninsulares. L o q u e p a r e c e q u e uso como elemento deportivo. N o ha. logrado Cualquiera que sea el significado que se l l e v a atravesado en el corazón es q u e l a u n i- nunca arraigar en Sevilla el concepto fluvial d é a la acción de la Corona aragonesa en 1 dad nacional no hubiera tenido c o m o núcleo del deporte, y no sería una mala práctica Mediterráneo, su intensidad ha hecho de eila central, no ya la Corona de Aragón, sino la de ejercitar lo que pudiéramos. llamar fuente de las más notables características de Cataluña. L a hegemonía castellana; he ahí política del esquife porque e l d í a que su vida histórica. Para Cambó, esa política el m a l L a c a t a l a n a en cambio, he a h í el sobre las aguas del Betis se deslizasen las -de tan indiscutible trascendencia- -fué erró- b i e n primeras balas ingrávidas de las canoas prenea. Y claro está que al calificarla no lo Yo t e n g o expresado mi pensamiento a c e r- surosas o los primeros cuerpos ágiles y fuerhace con. ojos y cerebro de historiador, sino ca de e s t e pleito c o n anterioridad. S i l o s tes de los vencedores de las ondas, avanzacon corazón y alma de gobernante. F. l Rey estúpidos precursores d e l nacionalismo v a s ría mucho nuestra urbe en su caminar hacia D. Jaime, al iniciarla- -opina el jefe catala- co- -los nacionalistas d e l siglo, xv- -no lo nista- -desconoció la fuerza política del he- hubiesen impedido, la u n i d a d nacional se la meta de progreso y primacía a que juscho peninsular. Permítaseme que, como en hubiera realizado alrededor de la Corona de tamente aspira. un paréntesis, disienta del juicio del ex m i- Navarra, p o r o b r a de los Reyes Católicos. Hoy, aparte del acervo literario, el r í o nistro de Hacienda. N o se explicarían, con Pero q u e el i n t e n t o fracasase, p o r c u l p a no es tema m á s que comercial o de ingeese desconocimiento, las negociaciones se- de aquélla, no es r a z ó n p a r a q u e l o s n a v a- niería. L a ciudad se aprovecha de él, pero guidas entre el gran Rey aragonés y el na- rros alimentamos m i hosco despecho c o n t r a no comparte su alegría y su juego con las varro Sancho V i l e l Fuerte, para ía unión otras regiones m á s afortunadas o c o n m á s aguas; casi no se entera de su paso m á s de las dos Coronas a la muerte del último. clara v i s i ó n d e l porvenir. Pues e s o m i s m o que cuando la literatura apacible se conY apuntado mi criterio, sigamos adelante. d i g o al partido político acaudillado p o r Cam- vierte, por las inundaciones, en folletín o ¿Cuál fué. según Cambó, l a consecuencia bó. Pero c o n u n a a d i c i ó n q u e c a m b i a Ja tragedia. perniciosa que del desconocimiento del ¡techo e s p e c i e E n la u n i ó n de Castilla y A r a g ó n Llega el río ancho y silencioso, cubiertas peninsular se siguió a la Corona de Aragón, no h u b o hegemonía forjadora de la m i s m a sus orillas de álamos y adelfas; s o n é s t o s N o la h u b o en el sentir del pueblo. Cas- los contornos en que los poetas del. Siglo 3 por lo tanto, a Cataluña? Vedla aquí en sus términos literales: A s í Cataluña, en el t i l l a l a calumniada, recibió c o n t a n t o a m o r de O r o y del Romanticismo colocaban l a período de su máxima potencia, olvidó a E s- a A r a g ó n- -y c o n A r a g ó n a Cataluña- -que, mise en secne de sus musas, mitad pastoras, paña, volvió la espalda a España. Castilla se p o r b o c a d e l o s rapaces, d e j a b a escapar s u mitad ondinas. L a Cartuja refleja los tubos aprovechó de ello, y sin que se lo disputase anhelo a m o r o s o y, por lo t a n t o igualitario: negros de sus torres, -hoy convertidas, en quien podía, se erigió en el mayor poder penchimeneas, y, a poco, T r i a n a- y a sobre el Flores a? Aragón, insular. L a hegemonía castellana y la unidad espejo del agua. Tiene el- barrio en esta; d e n t r o en C a s t i l l a s o n española, a base de aquella hegemonía, fuesu primera avanzada sobre el- Guadalquivir ron las consecuencias inexorables de la políN o la h u b o e n l a política... ¿P u e d e o l v i- algo de ciudad de cazadores de perlas; es tica extrapeninsular. iniciada por Jaime I con d a r Cambó la m á x i m a excelsa, q u e f u é c o m o un apelotonamiento de planos y- fachadas, s u renuncia al reino de M u r c i a compendio d e l n u e v o régimen d e v i d a e n un juego sin sentido de cubos. blancos. balY a bastaría la frase transcrita para co- l a u n i d a d felizmente realizada: Tanto mon- cones, aristas de cal y ventanas que encuanocer en sus m á s hondas profundidades el ta, monta tanto, Isabel como Fernando dran L v luz de los cuatro- horizontes, todo pensamiento político del partido acaudillado Pues entonces, ¿q u é v a l o r puede d a r s e a u n en un palmo de terreno. P e r o e l r í o a v a n z a por el Sr. Cambó. N o es la unidad española resquemor q u e c a r e c e d e fundamento, pero con la gracia de una curva, por este re- -sin entrar en sus causas- -lo que a la altu- q u e aun teniendo e l señalr. do p o r Cambó, manso del barrio de plata que existe entre ra de estos tiempos rechaza. A lo que opo- seria irracional... los dos puentes, el de madera y el de Isane reparos es a su consolidación bajo la he- N o e n l a u n i ó n d e Castilla y A r a g ó n n o bel IT, y llega a la Torre del Oro, esa torre gemonía de Castilla, adquirida, sin que se ¡a h u b o pueblo hegemónico. L a hegemonía r a- de la que todo el mundo habla arquitectónidisputase c ¡uien podía, merced a desviaciones d i c ó e n d o n d e n o p o d í a menos d e radicar; camente, porque, en cuanto a psicología, es d e una política fundamentalmente equivoca- en. la n a c i ó n q u e s e recomponía c o n f r a g- uno de los monumentos m á s difíciles de da. Pero, con el propósito de que no quede mentos q u e d e varios s i g l o s a t r á s v i v í a n s e- descifrar de nuestra ciudad. duda alguna acerca de aquel pensamiento, parados en España. Pero l a de é s t e f u é y Tenía que ser así de sólida y básica, esta Cambó expone lo que debió de haber acaeci- d e b i ó s e r s o b r e a m b a s Coronas, s o b r e A r a do en E s p a ñ a si la Corona de A r a g ó n no g ó n y Cataluña, l o m i s m o s i una d e e l l a s torre, allí donde los niveles son tan frágiles hubiese elegido libremente como camino de l a tuviera e n e l a c t o de l a u n i ó n q u e s i l a y donde el suelo puede cambiar fácilmente s u s expansiones el del mar, el d e Oriente, igualdad a é s t e presidiera. por el pérfido designio de la onda. Y tenía el de la antigua Grecia. E l nacionalismo catalán no podría, p u e s que ser torre de muchas caras y de muchos E n los siglos X I I I y xiv- -dice- -Catalu- legítimamente a l e g a r agravio alguno- -reco- ojos, porque es torre marinera a l a que los ñ a (debió decir l a Corona d e A r a g ó n d e nocido, como r e c o n o c e el hecho peninsu- hijos del r í o le preguntan por las luces y; MED 1. TAC 1 ONES POLÍTICAS EL RlO P O R L A CIUDAD

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