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ABC SEVILLA 01-01-1931 página 4
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ABC SEVILLA 01-01-1931 página 4

  • EdiciónABC, SEVILLA
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Informaciones y reportajes Balance d e l pueblo milagroso. E l cuatro es l a gallina tripuda que anda a la pata, coja, y los tres ceros, polluelos que se tambalean detrás para comerse el punto- -un grano de t r i g o- 4.000; pero, ¿cuatro m i l qué? Cuatro m i l millones. Los polluelos se han multiplicado. Son nueve: 4.000.000.000. Esta es la cifra del presupuesto español para, 1931. Pagaremos 4.000 millones de pesetas al ministerio de Hacienda, aparte la suma crecidísima que nos cobrarán A y u n tamientos y Diputaciones. Nuestro país es rico, es próspero; cuenta, no por millones, sino por centenares, por millares de millones. Los financieros de fuera de España- -peligrosa fauna la de los financieros- -vienen aquí de vez en cuando. E x a m i n a n balances y estadísticas; husmean en los negocios; se asoman a las: oficinas y a los Bancos; echan un vistazo- a la producción; hacen muchos números en un euadernito y después pronuncian la sentencia unánime: S í España es un país poderoso y. en plena prosperidad. E s espléndido el porvenir de España Imitemos a esos hombres de acción, a eios financieros. Olvidemos. por una vez el primor del estilo, las sutilezas del pensamiento. Construyamos con números- -sólo con números- -un cántico. L o s hechos también, pero escuetos, disecados, sin retórica. L a s notas del hombre de negocios; nada más que eso. Muere Carlos. I I en 1701, hace poco más de dos siglos y cuarto. España tenía, al desaparecer el Rey, seis millones de habitantes. E l presupuesto de l a Hacienda pública no llegaba a los so millones de pesetas, Felipe V dobla la cifra, -pero con 50 millones de déficit y 250 de Deuda. L a bancarrota se inicia. Carlos I V 2 0 millones de déficit y 7.000 de Deuda. E n 1813 la Deuda asciende a 3.000 millones. E n 1820, a 3.500 millones. E n 1824, a 4.500. L o s presupuestos- -exppnentes de la vida material de la nación- -son modestísimos. E l de Villaverde, en 1899 (a los tres siglos de aquel presupuesto de 50) no montaba más que a 300 millones de pesetas... A los treinta y dos años, en 1931, el presupuestito de 300 millones es casi catorce veces mayor. E n una generación, España ha desarrollado esa potencialidad económica ciclópea. Y aquella población de seis millones de almas de 1701 ascenderá en 1931 a más de 25 millones en territorio nacional, sin PRESUPUESTOS GENÉRALES DEL ESTADO PftRft EL EJERCICIO ECONÓMICO 1931 es el más trágico de toda su historia: es el período, no de la decadencia, sino de l a agonía. E l terror se apodera del español que estudia los sucesos de los dos siglos últimos España desaparece. Carlos I I marca el límite del agotamiento, al parecer. L a Reconquista, la colonización de América, las guerras continentales han extenuado a España. Seis millones de habitantes, 50 millones de presupuesto. Desde entonces no disfruta- España de diez años de tranquilidad, no pasan más de seis sin convulsiones, desmembraciones, luchas... L a guerra de sucesión; guerras en América y en Á f r i c a dos guerras contra Inglaterra; otra contra Francia; guerra y separación de la América española- -un trozo de planeta mayor que E u r o p a- guerra de ia I n dependencia y destrucción por los franceses de ciudades y centros de producción y de arte en casi toda l a Península. E n 18 x 2 las Cortes de Cádiz no representaban más que a un cadáver. Y el calvario de la España desgarrada sigue: guerras políticas ele absolutistas y constitucionalistas; dos guerras carlistas; guerra en África; guerra en Cuba y F i l i p i n a s guerra en Marruecos. Ningún país ha podido, resistir esas inmensas hecatombes. E n procesos así han desaparecido i m perios como el romano. Descomposición, d i solución, muerte quiere decir el período histórico que empieza, en 170- 1. P a r a llegar al estado de hoy, de dónde ha sacado España energías tan inauditas? Dos siglos y cuarto de guerras, cuatro en el propio territorio y una tan general como la napoleónica; el hundimiento de todas sus provincias y posesiones americanas v asiáticas el caos político; la discordia interior el agotamiento de todos sus manantiales de progreso- -sangres v espíritus- la hostili universal... Dónde ha encontrado E s paña su razón de existir? ¿Dónde tenl- s aquel despojo, del tiempo de Caídos I I esas inagotables reservas vitales? A l m a diamantina la suya para soportar el derrumbamiento sin que la aplastase y brolar de entre los escombros renovada, animosa, niña como, la llamaba Rodó. E n 1700 venían a M a d r i d dos enviados de Casas Reales extranjeras a disputarse la Corona, como hoy se disputan las Cancillerías una isla africana; en 1808 Napoleón cogía a nuestros Reyes, los metía en una casa de Huéspedes y decretaba la anexión de España a su Imperio; en 1900- ¡hace treinta años! contar los ocho millones de españoles que viven en América. Esta es la primera estrofa del cántico. E s trofa que- -como una brizna de hierba de W a l t Whitman, como un canto c i v i l de Carducci o como una canción del momento de Marquina- -está hecha de puras y escuetas líneas de emoción ciudadana; fría y seca emoción de un balance. Aclaremos los renglones de ese balance. Escribamos las restantes estrofas. Hechos y cifras nada más. L a s cifras y los hechos tendrán un lenguaje más elocuente que el más encendido de los ditirambos. España, en algo más de dos siglos, se ha agigantado. (Habrá podido desarrollar su genio nacional- -diréis- beneficiar su suelo, expandirse en. empresas comerciales, trabajar en paz. Sólo así progresan en proporciones tan importantes los países. U n pueblo entregado únicamente a l a fructífera labor de todos los días alcanza insospechadas cifras de prosperidad. ¿H a sucedido eso con E s paña? N o E l período que empieza en 1701 UNA VISTA DE! -MADRID E 17OO rmr- T T- -TiF- t- jn v

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