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ABC SEVILLA 24-01-1931 página 3
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MADRID- SEVILLA 24 D E E N E R O D E 1 933. NUMERO S U E L T O 10 GTS. REDACCIÓN: PRADO D E S A N SEBASTIAN. SUSCRIPCIONES Y CERCANA A TETUAN. SEVILLA. DIARIO ILUSTRADO. AÑO VIGÉS I M O S EPTI MO N. 8.762 g g ANUNCIOS. MUÑOZ OLIVE, A B C E N N U E V A YORK L o s intrusos del arte ¿D e dónde salen estos criminales que todos, los días asaltan aquí los Bancos o los hoteles, los teatros. o las tiendas descomestibíes? ¿A qué Corporación pertenecen? ¿Qué, Banco i o s garantiza? ¿Cuál es su órgano en la Prensa? Hasta ahora, cuando un vecino de Nueva Y o r k quería establecer una lechería o una papelería, una casa de comidas o una tienda de flores, elegía por sí mismo el S i n dicato de criminales: que le merecía más crédito y se ponía de este modo a salvo de posibles sorpresas. E l Sindicato pasaba a robarle todas las semanas la cantidad convenida, y esta operación se realizaba con tanta normalidad y- tan poca violencia como él cobro de la luz o el del alquiler. A veces aparecía por la. tienda un ladrón desconocido, quien, -tirando de pistolón, conminaba al tendero para que le abriese, la caja de caudales, y el tendero, ante aquella amenaza, procedía de igual manera qué hubiese procedido ante la oferta de un producto comercial innecesario. -L o siento mucho- -decía- pero yo me entiendo con l a firma T a l Aquí tengo, precisamente, el último recibo... Y si el ladrón desconocido creía que aquella tienda estaba dentro de su zona y que su Sindicato era el único Sindicato con derecho a robarla, allá a lo s dos Sindicatos que resolviesen el asunto por las malas o por las buenas, pero el tendero no sufría jamas violencia ninguna. L o s angs o S i n dicatos de pistoleros son una de las organizaciones comerciales más serias que hay en Nueva Y o r k y el abonarse a uno de ellos ofrecía hasta ahora ventajas innumerables. Todos los bienes de este mundo son, sin embargo, transitorios, y aquella edad feliz no parece que puede prolongarse inucho. L a crisis económica ha echado aquí a la calle a infinidad de gentes que, no resignándose a pasar hambre n i frío, asaltan los hoteles- los teatros y los restaurantes o le exigen al transeúnte, de. un modo perentorio, todo el dinero que lleve encima. ¿Y la Policía? -preguntarán ustedes- i N o es buena, acaso, la Policía de Nueva York? L a Policía de Nueva Y o r k amigo lector, es buena como el pan; pero hasta ahora, cuando alguien quería defenderse aquí contra tal o cual Empresa de bandidos, se entendía con tal o cual otra, y los bandidos actuales no tienen Empresa. Son bandidos sueltos, anónimos, sin un representante general Con quien haya posibilidad de entenderse. Son forajidos que no se anuncian, y no 3 a la Policía, que tiene otras cosas que hacer, pero n i aun los gangs más poderosos encuentran manera de reducirlos. U i i día, naturalmente, estos hombres se organizarán, y. cuando se organicen, todo irá como una seda, pero, mientras tanto, la vida tiene cada vez más emoción en Nueva Y o r k S i usted mete su dinero en un Banco, él Banco quiebra, de seguro, al día siguiente, y, si lleva usted el dinero consigo, se lo quita a usted a la vuelta de, la esquina un señor que no tiene siquiera categoría te asuntos que pueden interesarle. O T R A E T A P A -A d v i é r t a s e al llegar profesional para quitárselo, un intruso del arte, un granuja, en fin, que quiere echár- aquí, que esta manera realista, común denominador de toda una etapa, no la conselas de ladrón. denamos en su conjunto nosotros. S u opej JULIO C A M B A ración en la política española no ha sido inútil, y acaso, acaso la imparcialidad Nueva Y o r k enero, 1931. haya de considerarla, inclusive, como indispensable en su hora. S i n necesidad de hacerse un dogma con aquel priinúm viver. e, deinde philosophari que tanta sangre nos cuesta y tanta dignidad, sobre todo- el instinto nos dice que, si alguien desfallece U N A E T A P A E N L A POLÍTICA ESde necesidad a nuestra vera, lo primero es P A Ñ O L A ¿C ó m o no ver todo el panoradarle una taza de caldo o un pedazo de pan. ma de i a política española, en los últimos L a España del Fin- de- Siglo desfallecía... treinta años, dominado por una especie de Pero ocurre que h o y- -a pesar del retroceso luz común? Sería injusto no reconocer en advertido en estos dos o tres años últimos- -P r i m o de Rivera la conclusión de un proya no desfallece. S i algo la amenaza no es ceso histórico y dialéctico cuya primera el sincópeles más bien la anemia. E l régi- proposición contiene el nombre de Joaquín men de urgencia no parece aplicable a su Costa. Aquella luz común es- -ahora, abarcaso ya. Más fuerte nutrición necesita, más cando el conjunto, nos damos cuenta- -la noble sobre todo. Después de haber recobradel realismo. L a de un criterio naturalista do su aliento en el aire, le interesa rápiday pragmático que, en contraste con el quimente recobrar su puesto en el mundo. Y ¡jotismo de nuestra. secular, tradición, amapara esto la Despensa no basta, ni siquiera neció, después, de; la Catástrofe del 98, con la Escuela abasta. E n esto, el realismo de. visos de lección del. escarmiento. De las sievuelo. corto, el naturalismo cobarde, el, pragte llaves con que- -según estribillo de aquematismo mezquino, dominantes en toda nueslla época- -debía cerrarse e l sepulcro del tra política durante treinta años, no tienenCid, Joaquín Costa, el maestro, trajo la palabra que decir. De obstinarse en repetir primera y más fuerte. Sus discípulos, los indefinidamente sus fórmulas, la tiranía de elementos que vinieron a la política del paréstas iba a volverse, no ya estéril tan sólo, tido llamado la Unión Nacional, todas aquesino venenosa. Tiempo es de ver, cerrado el; llas fuerzas vivas todos aquellos Paraíciclo Joaquín Costa- Primo de Rivera. H o r a sos y paraisoides, trajeron la segunda llave, de abrir de nuevo las puertas al idealismo L a tercera la aportó el catalanismo regiotradicional, desterrado. Coyuntura quizá de nalista, con su característico Cu- Cut parodideshacerlo que hicieron las siete llaves que dor de todo idealismo, burlador de toda cerraron el sepulcro del. Cid. N o es puramengrandeza. L a cuarta, Cambó y sus empresas te casual el hecho de que, en el año de 1930, -Cambó, también con su cortejo- de canibosi la España del C i d ha parecido dictar, á noides, hombres prácticos de todas las algunos- i. de sus evocadores la lección, román provincias dé- España- ¿Ni quién, conoticamente democrática- de la España; anarcedor de las personas y de los hechos, poquizante y castiza, la memoria de Menéndría negar que- era también llave realista, cíez y Pelayo haya provocado a otros a la un anatema contra i cualquier posible resutarea de hacerle ganar, después de muerto, rrección del Cid, lo que traía entre las malas batallas del clasicismo universal. S: La nos aquella otra figura de una hora española bandera, en cada una de estas dos manino lejana- -aquel ponderado político tamfestaciones, es distinta; pero el impulso del bién, a pesar de sus apolíticos prejuicios- -idealismo, análogo. E l culto supersticioso de a que el pueblo de Barcelona sacó el nomlos intereses materiales la adulación i de bre de E l N o y del Sucre Y el pancismo las. fuerzas vivas el pancismo de lo, códel socialismo oficial entre nosotros, su premodamente evolutivo, el pragmatismo sosteocupación exclusiva de. los intereses matenedor de la- accidentalidad de las formas riales ¿no ha dado igualmente la nota del quedan ya lejos. A h o r a sabemos cuál es J a realismo, no ha aportado la simbólica sexta función de la política. Aquella función que llave? Pero más realista que nadie era quien Charles Maurrás, en un, banquete, le dijo a trajo la. séptima llave: la Dictadura. E s t a Charles Benoit, y que éste reproduce en, ¿su volvió casi íntegramente, y en sus detalles, libro sobre Cánovas: H a c e r que la necepor la ideología de Joaquín Costa. De nuesario sea posible vo se vieron canonizadas por ella las mediocres desiderata de aquél: la Escuela y la Despensa. Partidaria de su manera revoSE NECESITA U N COSTA NUEVO. lucionaria, tutoral y fuerte, de Joaquín Cos- Y. ahora que ya nos hemos despedido- deta, la Dictadura quiso inclusive cerrar el se- finitivamente de Costa es cuando advertipulcro a cualquier infiltración de los aires mos que necesitamos de otro Costa para la de libertad. nueva jornada, para el ciclo nuevo. Necesitamos del arbitrista genial que articule en un programa detallado la solución, casi técnica ya, de. los problemas planteados en España por una inspiración de idealismo- -de Cultura- como, Costa hizo E l público debe leer diariamente con los que planteaba en suítieíápp. él i m perativo del realismo- -la necesidad; de vivir. E l hombre que vuelve a sentarse, -en un nuestra sección de anuncios por sillón como aquel donde, entre resoplidos y palabras c asincados en secciones. crispaduras dolorosas, profetizaba con m i nuciosidad apocalíptica el futuro, aquel i n E n ellos encontrará constantemen- válido que izaban todas las tardes a la B i blioteca del Ateneo de Madrid. G LOSAS 1 EUGENIO D O R S

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