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ABC SEVILLA 15-09-1931 página 15
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ABC SEVILLA 15-09-1931 página 15

  • EdiciónABC, SEVILLA
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á. B C. M A R T E S 15 D E S E P T I E M B R E D E 1931. E D I C I Ó N D E A N D A L U C Í A P A G 15 al derecho de propiedad, sin el cual no hay sociedad posible. ¿Conveniencia de crear el ministerio de Agricultura? -Francamente positiva- -contesta el señor C i d- E n el manifiesto que dirigí a mis electores constituía uno de los puntos fundamentales del programa. -L a idea de crear un órgano de la A d ministración en que se. refunda toda la organización referente a cuestiones de la producción agrícola y ganacU nadie lo pone en duda -añade el Sr. Royo V i l l a n o v a- L o que pasa es que unos propugnan- por un Instituto de Reforma A g r a r i a y otros por el ministerio de Agricultura. Doctrinalmente, el Instituto de Reforma A g r a r i a tiene un programa que llenar; pero la experiencia hace desconfiar de que corra riesgo de convertirse en uno de tantos organismos burocráticos, de los que podemos citar tantos ejemplos. P o r ello, y para amplitud de cometido, creo más practica la implantación del ministerio de Agricultura. Otros se han creado con menor motivo y más difusa concreción, como ha sucedido con el de Economía, que no constituye más que una 001 Don José María Lamamié de Clairac. están depreciadísimos, y, por tanto, no aseg u r a n su vida. -A ñ a d a usted- -es ahora el Sr. L a m a mié de Clairac quien habla- -que otro aspecto al qué concedemos primordial interés es al de las Confederaciones, que constituyen la obra más fundamental que en el orden económico y social tiene a la vista E s paña. N o sólo por el incremento enorme de riqueza nacional que la transformación de los secanos en regadíos supone, con el consiguiente de contribuciones e impuestos para el Estado, sino mu en especial por la absorción posible de la totalidad de la masa obre. ra campesina en la colonización. ¿E s indispensable la continuación de las! Confederaciones creadas por la Dictadura? -Indudable; pero ha de advertirse- -dice el Sr. Royo- -que hay que deshacer el cqui voco de que la idea de dar una descentra lización y autonomía a los riegos, aunque resucitada por la Dictadura, que d i o amplio derrotero a esta iniciativa, fué ya de la ant e r i o r República, en el año 1873, siendo m i nistro de Fomento D Eduardo Chao, que creó la Junta del Canal Imperial de A r a! gón. E l principio autonómico aplicado a rie gos está también en la ley de Aguas, en la constitución del Tribunal de las Aguas y en ¡otras muchas disposiciones. A mi juicio, hay algo de sectarismo en la campaña que, tratando de reducir o anular a las Confederaciones, se hace. -P o r mucho que se combata a la Dictadura, y no soy sospechoso de no haberlo hecho a su debido tiempo- -continúa el señor R o y a- no cabe negar que tales Confederaciones crean riqueza, permiten lograr productos distintos a los que proporciona el monocultivo, incrementan el valor de la propiedad, aseguran trabajo y clan una realidad a los patrimonios familiares. Hablamos ahora de algo tan candente como la reforma agraria. -A nosotros- -habla el Sr. Lamamié- -nos parece de necesidad la reforma agraria; es sumamente conveniente hacer el mayor número de propietarios y dotar a los obreros de un patrimonio familiar inembargable, inalienable e indivisible; pero la ponencia presentada por el Gobierno, y sobre la jue trabaja la Comisión, nos parece desacertada acarreará graves trastornos a la vida económica y social española. N i el criterio de socialización, ni la base de justiprecio e indemnización al propietario, ni la carga enorme que se echa sobre parte de una sola clase, n i otros varios aspectos que no me paro a enumerar, pueden conducir a otra cosa que a arruinar la agricultura, a dificultar, el crédito y a inferir un grave daño ximación entre los agricultores y los- tesnicos, que deben imprimir su orientación para resolver los múltiples problemas del campo. Los técnicos han de ser ios misioneros que 11 c en la enseñanza al labrador, sin esperar a que éste pueda acudir a ellos. -B i e n entendido- -declara ei Sr. C i d- todos los servicios de la agricultura oficia i deben dotarse para que rindan toda su eficiencia; pero entre otros muchos urge, y fué un desacierto haberlo suprimido, el de cátedra ambulante, que precisamente, si se le puede achacar el que no siempre haya rendido utilidad, no ha sido por otra causa que por creer que se le podía dar un carácter general, sin tener en cuenta los diversos aspectos de la realidad regional, tanto de la agricultura como de la ganadería. -A propósito de agricultura y ganadería. ¿Qué juicio les merece la separación de éstas, recientemente verificada? -Desatinada- -afirma el Sr. Royo, con el asenso de sus compañeros- E n buenos principios de administración no origina sino perjuicios tanta separación entre lo que es inseparable. E s como suprimir al ministerio de la Guerra de que intervenga en la cría caballar, cuando nadie mejor que quien ha de emplear sus productos deberá, con los asesoramientos que estime oportunos, obtenerlo; pero ello no constituye sino uno de tantos aspectos para que juzguemos conveniente, como antes decíamos, la creación del ministerio de Agricultura. s Efectivamente, pensamos. Servicios de ganadería y de riqueza forestal en el ministerio de Fomento. Avance catastral de la riqueza rústica en el de Flacienda. Dirección de Acción Social A g r a r i a y servicios de Parcelación, en el de Trabajo. U n a D i rección de Agricultura independiente, aislada de otras finalidades, cual la Zootécnica, en el de Economía... N o parece sino que tan poco vale en la economía patria cuanto concierne a la agricultura, ya que su administración puede repartirse en jirones, entre tanto departamento, juntas y juntillas. Pero, en fin, ello es tan inexplicable como que un Parlamento, que. principalmente tiene que acometer la reconstrucción agrícola española, tenga a cambio de tan copioso número de juristas tan. sólo 1.9 representantes agrarios y no cuente más que con un ingeniero agrónomo para resolverlos, siquiera la valía de estos elementos compense al corto número de la representación. J. CAMPOVASCO Don José María Cid. pia, por haberlo creado otros países que en la postguerra pudieron necesitar un reajuste de todas sus fuerzas y actividades. A ministerio tan importante como el de Agricultura no se le debe dar la categoría de entrada para que no se repita lo ocurrido con los ministerios de Ultramar y de Instrucción pública. P o r el contrario, ha de procurarse, ya que tan aficionados somos a copiar, no olvidar el ejemplo de Francia, en que una personalidad tan competente y tan destacada como Tardieu ha ocupado d i cha cartera. Y tampoco es indiferente la elección de titular, no en la persona, sino en su relación con las regiones que representa; esto creo que se debe tener muy presente: el riesgo de que regiones fabriles y de otro matiz predominante que el aerícola logren un representante que sea el ministro de Agricultura, mientras que Castilla, A r a gón, Andalucía y otras eminentemente agrícolas no colmen la satisfacción de sus problemas. Por, cima de las luchas políticas han de imponerse los intereses de la economía nacional. ¿Y de las colaboraciones? -i A h! E s imprescindible salir de la esfera de los émnirixmas; losrax un aproDon Antonio Royo Caricaturas de Villanova. Sino.

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