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ABC SEVILLA 11-02-1932 página 3
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ABC SEVILLA 11-02-1932 página 3

  • EdiciónABC, SEVILLA
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DIARIO ILUSTRAVI G E TAYO DIARIO DO. 10 ILUSTRAV 1 GE- DO. AÑO S) M O C JO C T S AÑO S 1 MOCTAVO CTS. -NUMERO NUMERO F U N D A D O E L i. D E J U N I O D E 1905 P O R D. T O R C U A T O L U G A D E T E N A BOL S 1 N L u z sobre L e n i n g r a d o Sucede en ocasiones que en un periódico se- aluda a un ciudadano y que éste no haya leído la hoja donde se le menciona. L o que no suele ocurrir es que, si las palabras periodísticas son desagradables para quien las motiva no haya: un espontáneo que se apresure a comunicarlas al interesado. S i n embargo, esto acaba de darse, constituyendo un fenómeno singular. Luz, que es un diario madrileño y nocturno, ha tenido la generosidad de honrar con un comentario mis C h a r l a s sobre Rusia. Y o no le había enviado butaca, y sin duda por eso limita su crítica a unos pocos renglones, pues, teniendo en cuenta su fiscalizado! prurito, ¿cómo iba, a resignarse a un simple reparillo cuando, desde su sabiduría, tantas y tantas faltas hubiese descubierto en mi ignorancia? Pero vamos a lo que por el momento importa. Y que se reduce a que, no obstante moverme yo en muchos y diversos ambientes, nadie hasta ahora vino a hablarme del suelto en cuestión, por mí mismo no leído, y que se publicó el jueves pasado. De ahí mi tardanza en la respuesta. Si la susodicha, es decir, si una nota cualquiera, llega a lanzarse desde La Voz, Injormaciones, el Heraldo, El Sol, etc. al instante advierte uno su eco. N o se renueva el caso tratándose de Luz, por la razón sencillísima de que ese propósito de selección que anima al ilustre cotidiano lo extiende a sus lectores, que se contienen en la escasez, como todo lo selecto. Llegó por fin la noticia, y es lo curioso que el único lector de Luz que he encontrado a lo largo casi de una semana no estaba de acuerdo con lo que decía su periódico. Todo un éxito, como puede verse. S i gamos el oficioso informador a que me refiero es un anciano culto, y, repasando en su memoria años, países y libros, protestaba: -Desde niño, y en geografías, diccionarios, relatos de viajes, obras de historia y de política, nunca, hasta la gran guerra, hallé otro nombre que el que usted indica... A todo esto, se me preguntará: ¿De que se trata? Quisiera corresponder al honor que Luz prodiga sobre mi insignificancia, por el solo hecho de consagrarme un brevísimo espacio, en. sus- egregias páginas, otorgándole, en cambio, algo de que no se halla muy sobrado: publicidad. S i permitidme que transcriba el palmetazo del maestro, l í e l o aquí: E l charlador, Sr. García Sanchiz, siempre más papista que el Papa, se niega a llamar Leningrado por su nombre. Prefiere- -dice- -conservar el viejo nombre de S a n Petersburgo N o es que el nombre sea viejo: es que jamás existió San Petersburgo. Como todos saben, ni en. tiempos de los zares hubo tal. E r a Petersburgo a secas, en honor de su fundador, Pedro. E l santo se lo inventaron unos cursis en Occidente, como ahora otros se Jo quieren conservar en v i nagre. Confieso paladinamente que yo ignoraba lo que todos saben. Sospecho que incluso a los rusos les sucede lo mismo. Podrían aducirse mil testimonios, Y hasta seria cosa de reclamar, como en ei Casino de Vetusta. ¡Que traigan la Enciclopedia de 1931 en 104,5. Y ahora, según hemos E n fin, yo agradecería a Luz que me sacaindicado, asciéndela 282 millones, de los se de las tinieblas de mi error. N o vacilaría que 226,4 pertenecen al Banco, y el resto en reconocerlo. ¿N o será que por una vez al Tesoro. Ésa súbita elevación tiene su los luminosos se han confundido? Corren origen en las exportaciones de oro. E s peligro de deslumhrarse con su propio ressabido que por orden del Sr. W a i s se enplandor. Solía decirse Petersburgo, como se viaron tres millones de libras a j a orden, dice la fortaleza de Pedro y Pablo, y nadie del Banco Internacional de Pagos, y que ignora, ni siquiera yo, pobre de mí, que se durante la República, el Banco de España trata de la fortaleza de San Pedro y San se desprendió, primero, de seis millones Pablo. L o de Petersburgo a secas, es pata de libras, y después, de 1.200.000, deposiel uso vulgar. Resulta- extraño que Luz se tados como los otros en una sucursal del decida por lo corriente. Aunque es capaz ero situado actualBanco de Francia. de incurrir en ello, con tal de ir contra la mente en el extranjero- equivale a algo más: corriente. Caben, muchas interpretaciones en unos. 11.i8o! ooo libras o r o -E l exceso consel vocablo aristocracia. tituye seguramente. ia normal provisión de Pedro el Grande fundó la ciudad del Neva; fondos oro indispensable- a nuestro Banco dándole su nombre, y consagrándola a su emisor. santo, según costumbre tan extendida don ¿Cuál es la naturaleza jurídica de ese dequiera en toda clase de fundaciones. Y oro? ¿Cuál su utilización- financiera? E s en cuanto a mi intención, hartó explicada, público que está pignorado en galantía del en las Charlas no se refería sino a la niocrédito que el Banco de Francia abrió al numentalidad de la urbe, con la que no a r Banco de España. Y esto plantea una cuesmoniza estéticamente lo de Leningrado. Esto tión: ese oro, ¿es conmutable como reserva? sin contar que, y siempre desde el punto, N o lo es, desde luego, en lo que exceda de vista del arte, el martirio sufrido por. del 3 por 100, que, como máximo, consiente la antigua ppital eslava bien podía haberle la ley. Pero aún por bajo de ese límite, valido la canonización. parecemos que tampoco puede serlo. L a Unas palabras todavía, y acerca del vi- ley exige que el oro sea disponible a la nagre. Honradamente creo que no es a mí vista Ún oro pignorado no está disponible a quien puede achacarme nada relativo al si el deudor ha hecho uso del crédito a que avinagramicnto. Por el contrario... Cuando, presta cobertura. E n estricto derecho quizá en una. bodega se echa a perder un vino, lo no sea así, porque el deudor puede retirar la prenda tan pronto como cancele su déutilizan como vinagre, y como tal sale al bito. Mas, en el caso actual, dada la ínmercado. A s i al malograrse Crisol ha surdole de dicho débito, y sobre todo su cuan- gido Luz. Operación idéntica a la de las tía y la necesidad de liquidarlo precisa- bodegas, hasta en lo de rebajar el precio mente en determinada clase de divisas oro, a la mercancía. las probabilidades de reembolso son muy FEDEÍUCO- GARCÍA S A N C H I Z ligeras. Únicamente hay un medio expedito: vender el oro pignorado. Pero en tal supuesto, no lo tendríamos ya a nuestra TEMAS E C O N Ó M I C O S disposición; al contrario, 1o habríamos enajenado definitivamente. Desechado ese camino, sería menester comprar las divisas Las reservas de o r o del B a n c o en el mercado. Pero esta operación requeriría bastante tiempo, porque las transfede España rencias exteriores de pesetas, como las de casi todas las divisas, están limitadísimasE n el balance de nuestro Banco emisor por la legislación restrictiva monetaria que correspondiente al pasado día 16 de enero impera en todas partes, y. aún siendo factiaparecen las siguientes partidas de oro: ble aerrearía- con toda- seguridad un peDel Banco de España, en Caja, 2.244,3 m i ligroso- colapso del cambio. E n resumen: llones de pesetas, y en poder de corresponel oro en- cuestión no está disponible, n i sales, 226,4, o sea, en total, 2.470,8. D e l mucho menos- y, caso de estarlo, no sería Tesoro: en Caja, 3,2, y en poder de conunca a la- vista. P o r tanto, es. inútil emrresponsales, 5,6, o sea, en conjunto, 58,8. peñarse en quererlo estimar como cobertuPor tanto el situado en el exterior suma ra metálica de nuestro billete en la frac 282 millones de pesetas oro. ción en que podría serlo cuantitativamente. L a partida de oro en poder de corresponsales es perfectamente correcta. SiemN o consta a nadie que no intervenga en pre ha figurado en los balances del Banla administración del Banco emisor la s i co de España. Pero en cuantía mucho más tuación del crédito francés. Puede coleleve. La estrictamente precisa para que el girse, sin embargo, de dos hechos su total Banco dispusiese de una reserva aplicable agotamiento. Erim- ra- a los pagos exteriores exigidos por diversas atenciones del Estado, como haberes del personal diplomático, compras de Guerra o M a r i n a etc. Por otro lado, la ley de Ordenación banearia autorizaba- -y no- ha de! sufrido alteración en este extremo- -a c o m ella putar como reserva el oro situado en el. ¿adextranjero, con tal de que no representase i presmás del 3 por loo de la exigióle y que iij asa fuese disponible a la vista s. Aunque Observemos la evolución experimentada 1 otros conpor la partida de referencia. Oscilante en 1 in cgramentre 20 y 30 millones durante años enteros, -pesetas, y sula encontramos cifrada el día 11 de abril -un cambio medio p 1 4

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