Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC SEVILLA 08-03-1932 página 38
ABC SEVILLA 08-03-1932 página 38
Ir a detalle de periódico

ABC SEVILLA 08-03-1932 página 38

  • EdiciónABC, SEVILLA
  • Página38
Más información

Descripción

FÚTBOL. PRIMERA DIVISIÓN EL MADRID Y EL ATHLET 1 C VALENCIA D E BILBAO VENCEN AMPLIAMENTE AL ARENAS Y A L P o r su victoria sobre el Donostía, el Unión de Jrún se separa de la cola, donde queda el D e p o r t i v o Alavés. Resultados Madrid- Arenas Athletic Bilbao- Valencia Unión de Iryn- Donostia Español- Alavés Racing de Santander- Barcelona 4- 0 7- 2 2- 0 4- 0 3- 2 Orificación J G. E P F C. F. Athletic de Bilbao. 14 14 14 14 14 14 14 14 9 10 7 5 6 4 4 5 4 3 5 3 3 5 1 3 3 0 2 1 O 4 4 7 7 9 3 10 7 I 32 I I 40 16 31 21 28 28 28 27 23 37 23 37 29 23 22 25 16 35 23 23 17 15 13 11 11 10 10 7 M a d r i d F C 4; A r e n a s o Madrid 7. Yermo o el apagón. -En Gue. cho muchos aficionados habían dejado de creer en Yermo como conductor del equipo. Aquello de la avalancha y el ariete era una historia que, como tantas otras, pasaba al archivo de los recuerdos. Pero el consecuente amateur tuvo valedores que patrocinaron su reincorporación a l grupo, y el domingo, entre Menchaca e Iriondo, la casi veteranía y el más reciente descubrimiento, volvió tocado eon el clásico pañuelito a su puesto de lucha. Pero el ex internacional está totalmente apagado. E l jugador que lo fué exclusivamente por sus ímpetus, por la valentía i m presionante y por la agilidad extraordinaria, al ver disminuidas todas estas cualidades quedó convertido en una mediocridad. Y a no es oportuno n i decidido, n i demasiado valiente, y como jugador de cíase casi nunca tuvo nada. Yermo se ha apagado. U n apagón de esos instantáneos, un derrumbamiento total. P o r que ni el esforzado jugador tiene la velocidad de antes, ni la impetuosidad de otrora, n i causa ya la más mínima impresión a sus r i vales. E l Arenas clásico que empujó muchas veces al M a d r i d contra sus bases, con el Yermo de otro tiempo no se habría ido de vacío. Con el actual, desgobernando los avances, fueron Menchaca e Iriondo los que, de vez en tardé, tenían que hacer de niños terribks. Porque Y e r m o sufrió el más completo apagón. La impetuosidad en decadencia. -Indudablemente las dificultades de renovación son mayores para un equipo de la modalidad arenera que para un grupo del tono del Donostia, v aun del Alayé? El juego de avalancha, el fútbol que se llamó vasco porque él concretaba aquella técnica furiosa, se modificó, se dejó influir por las modalidades más perfectas, procurando no olvidar sus características impetuosas, y el exponente más significado fué el Athletic de San Mames. Pero entretanto, el Arenas, en un ambiente más limitado, 110 quiso o no pudo evolucionar y ahí está donde estaba, pero cosí ¿os impetuosos a punto de pasar a la reserva. Se ha quedado viejo el A m i a s que siempre fué joven, y porque los jóvenes no sirven ya para incorporar la viej a táctica al equipo de Guecho no es apenas nada de lo que fué, ni mucho menos nada práctico, da inmediata realización de posibilidades fáciles. Haríale falta un cambio brusco de orientación o una severa inspección de equipos vascos de modestas categorías adentro para descubrir los elementos que remozaran sus filas. Pero es posible que ya sea tarde porque Cilaurren y el mismo Iriondo son muchachos susceptibles de llegar a extraordinarios jugadores del más nuevo régimen futbolista, el de los artistas y los preciosistas. Pero la avalancha se acabó. Por eso, por faltarle el domingo la impetuosidad que fué característica arenera el M a d r i d dispuso de la iniciativa y a pesar del fallo de sus medios, rara vez se vio en compromiso serio la puerta de Zamora. Impresión del juego. -El primer tiempo fué, en conjunto, favorable a los areneros. Favorable, porque la pelota estuvo con más frecuencia en el terreno madridista, que no porque la vanguardia arenera frecuentara mucho los tiros. P o r el contrario, cuando Saro o Emilín, y especialmente éste, acompañado de Menchaca- -el ala más peligrosa- -proporcionaron a Yermo las oportunidades de remate, éste las desperdició por falta de habilidad o por exceso de precaución. U n a precaución en cualqiuer otro jugador justificada ante la decisión magnífica de Quesada y Quincoces. S i n embargo, el Arenas tuvo mala fortuna a la hora de un estupendo e inesperado remate que devolvió el palo cuando el goal parecía inevitable, y el tanto habría sido el empate... Las veloces escapadas de los extremos blancos, auxiliares más eficaces de la vanguardia que otros días, atrajeron riesgos sobre la meta vasca. A los ocho minutos cayeron dos corners seguidos sobre el marco de Aramburu. E l último proporcionó a Regueiro la oportunidad de meter la cabeza para marcar el primer goal. Luego, a favor del creciente entusiasmo, los madridistas dominaron un rato. Respondiendo a los rivales con su juego por alto, éstos concluyeron pqr imponerse. Hasta que a los treinta y cinco minutos, Lazcano partió, acompañado de Re guei. ro. Este recibió el pase adelantado, e internándose, velocísimo, con ese sprint peculiar, que parece imparable, sesgó, cerca de la línea de hick, y en vez de centrar lanzó un tiro cruzadísimo, que el. portero vio entrar inverosímilmente, pero sin hacer nada por detenerle. Fué el segundo goal madridista, acompañado de prolongada ovación. E n la segunda parte delanteros y defensas merengues hicieron su juego. E l del b a r lón raso y los avances rapísimos, y a pesar del escaso apoyo de los medias, entre los que Esparza daba la sensación de cansancio, el dominio local fue más continuado. Antes de comenzar los areneros habían subsituido el guardameta, lo que do lugar a i una breve discusión. Pero el debutante, Egusquiza, no probó poseer mejores dotes que su compañero. Antes por el contrario, tuvo errores de bulto, se le espaca la pelota de las manos, y si es realmente una esperanza, es una esperanza lejana... Dos tantos más logró el M a d r i d en este tiempo, de juego más eficaz, de asedio bien conjuntado. E l primero (tercero) a los quince minutos: Centro de Lazcano, rematado por Olivares, con la cabeza, a pesar deí penalty previo de un defensa, del que el arbitro no hizo caso con exacto acuerdo. E l segundo (cuarto de la jornada) fué casi i n mediato. E l propio Olivares arrancó veloz, pasando adelantado a Olaso. E l extremo se internó como una flecha, concluyendo con un. disparo cruzadísimo, que Egusquiza no vio hasta que el balón llegó a la red. Todavía los merengues debieron marcar uno o dos tantos más. H i l a r i o frente al marco, fué zancadilleado, pero el arbitro pasó por alto el suceso, y finalizando, Olivares, solo ante el marco, sirvió la pelota en bandeja al portero... Detalles. -En el once madridista la línea media flaqueó demasiado. L a reaparición de Esparza (no en forma) coincidió con el descenso acusado de León, resultando A t e ca el mejor de l a línea. Del Arenas, aparte el entusiasmo y el afán por el balón alto, muy explicable desde su punto de vista, poco juego de Cilaurren con Menchaca y Emilín, los más próximos al acierto, y la defensa, no por muy valiente más acertada. E l arbitraje de Steimbor, con algunos l u nares, acertado. E l cambio de criterio es lo más peligroso, porque este referee no tiene una forma uniforme para la aplicación de idénticas sanciones. E n el prólogo, dos bellísimas señoritas de la colonia cubana hucieron el saque de honor. E l partido era a beneficio de los damnificados por los terremotos de Santiago de Cuba. L a cancha, atestada, en espera áz una emoción ¡oh, el duelo Yermo- Zamora! que nos despacharon a gotas. Partido entretenido, juego a veces de calidad, y tantos bien repartidos, para satisfacción de los incondicionales. Pero la avalancha de l a impetuosidad capitaneada por Yermo, un mito. -Juan Deportista. Equipos. -Arenas: Aramburu (Egusquiza) Llantada, A r r i e t a Cilaurren, Urresti, Gerardo; Saro, Iriondo, Yermo, Menchaca y Emilín. M a d r i d Zamora; Quesada, Quincoces; León, Esparza, A t e c a Lazcano, Regueiro, Olivares, H i l a r i o y Olaso. r Athletic, 7; V a l e n c i a 2 Bilbao. P o r un camino de flores va el Athletic Bajo el genio creador de C h i r r i el gran artista, entregado de lleno a la fantasía, el Valencia se había esfumado totalmente. El Athletic jugaba lo que quería y como quería en campo rival, en todo instante. C h i r r i ciemprc C h i r r i con sin igual maestría, llenaba el match de deliciosas fragancias. U n hermoso camino de flores, y entre las flores tres goáls. Pero las flores tienen espinas, y el V a lencia, dominado, esfumado en su misión ofensiva, por tener todas sus líneas a la defensa, ha sabido abrir brecha en la zaga atlética, marcando en un corto intervalo Toda la filigrana del ataque, contrarrestada por la mala labor en la defensa. Y a está el partido en el primer tiempo nivelado. dos goals.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.