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ABC SEVILLA 10-03-1932 página 38
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ABC SEVILLA 10-03-1932 página 38

  • EdiciónABC, SEVILLA
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L A SESIÓN D E SI LTANEAS DE PARÍS donde había de celebrarse un festival de ajedrez a cargo del joven maestro, que entonces- -era a últimos de siglo- -conservaba ios laureles obtenidos en Hasting, donde había superado a Lasker, Steinitz, Tarrasca y Tchigorin. Durante la fiesta Pillsbury condujo 18 tableros de ajedrez a la ciega y también simultáneamente jugó varias partidas a whist, el difícil juego de cartas que estuvo tan en boga el sigío pasado y que hoy ha decaído para ceder la preponderancia a! bridge contract. Pues bien, al terminar l a sesión de juego, en el refresco con que fueron obsequiados los invitados, éstos tributaron cálidas alabanzas a las excepcionales facultades del simultáneador, y uno de ellos le manifestó que, de no haberlo visto, le habría parecido imposible el que pudiese combinar acertadamente en semejantes condiciones y manejando dos técnicas de juego tan distintas; que había estado observándole atentamente porque le compadecía suponiéndole a punto de sucumbir en el gran esfuerzo realizado, y que esta preocupación le había obsesionado especialmente cuando le tuvo de compañero en el whist. N o tuve que hacer esfuerzo alguno- -respondió P i l l s b u r y- pero, efectivamente, observé que, cuando fué m i compañero en el quinto robert, estaba usted distraído, pues, dada la distribución de las cartas en aquel juego- -y aquí enumeró una por una la repartición de las 52 cartas de la baraja francesa en el lance a que aludía- si usted hubiese jugado en tal forma- -aquí una demostración- -habríamos debido ganar. Volviendo a Alekhine, y para que los lectores aprecien que el juicio de Goetz en la sesión de referencia no fué apasionado, paso a reseñar una de las admirables partidas, que allí jugó el actual campeón. Blancas, A l e k h i n e negras, Potemkine: 1. P 4 R C R 3 A 2. C D 3 A (esta salida de caballo es una de las mejores jugadas posibles cuando se quiere evitar el planteamiento de l a posición normal en esta defensa, que es como sigue: 2. P 5 R C 4 D 3. P 4 A D C 3 C 4- P 4 D P 3 D e. P 4 A etc. P 4 D 3. P X P C X P 4. A 4 A C 3 C 5. A 3 C, P 4 A D 6. P 3 D (lo más lógico) C 3 A 7. C 3 A C 4 T 8. C 5 R! C X A 9. P T X Q C 2 D; 10. C 4 A (el blanco ha adquirido en el flanco de dama una superioridad muy acusada con cuatro peones contra tres, l a línea de torre abierta y la fuerte posición de los cabalíos que conjugan su acción) C 3 C; 11. A 4 A C 4 D 12. C X C D X C 13. 0- 0, P 4 C D 14. C 3 R D 3 A i P 4 D P 3 R 16. P 5 D P X P 17. C X P A 3 D 18. T i R- 1- A 3 R 19. A X A D X A 20. T Ó T (Véase diagrama) m 111 a i ¡m m iiíiiÉ M e m o r i a visual ajedrecista. L A sesión de simultáneas viendo, dada recientemente en París por el doctor Alekhine, en ¡a que luchó, conduciendo las blancas, en sesenta tableros, contra equipos de cinco jugadores en cada uno, o sea un total de 300 adversarios, y obtuvo un resultado de más 37, menos 6 igual 17, ha constituido un número ajedre cista sensacional, que el servicio telegráfico de los grandes rotativos nos ha transmitido escuetamente. Pero además de estas cifras, que son la osamenta del suceso, conviene dedicarle algún comentario para tratar de fijar sus contornos y establecer su total significación. Desde luego, -y dejando aparte el scorc, sobre el que resulta prudente suspender el juicio hasta conocer- -si es que llega a conocerse- -la fuerza de los eqtápiers, para atender solamente al esfuerzo físico, puede afirmarse que l a prueba ha vuelto a demostrar las energías del campeón, y l a magnífica forma en que se encuentra. P a sando después a la valía técnica de las partidas, aunque las desconozco, presumo, apoyado en el testimonio de otras pruebas aún más difíciles del doctor Alekhine, que habrá quedado ahora a l a altura de su fama, que es cuanto se le puede pedir. Y para que los aficionados se den plena cuenta de las excepcionales facultades de Alekhine en simultáneas, he de í ecordarles que cuando el año 25; jugó también en París una sesión de veintiocho tableros a la ciega (luego mejoró este record) el agudísimo y competente crítico y jugador A Goetz, que presenció el lance, escribía que el maestro había ju- gado c o n una facilidad desconcertante, una rapidez impresionante y sin manifestar fatiga alguna Entonces l a sesión duró trece horas, desde las diez hasta las veintitrés, y los contrincantes, agrupados en veintiocho equipos, se substituían dentro de ellos a voluntad. L o s tableros fueron dispuestos en herradura, con los jugadores en el interior, y el speaker de turno, pues hubo varios que se relevaron en el transcurso de la sesión, iba dando vueltas por la parte exterior y cantando ante cada tablero el número del mismo y la jugada que acababa de hacer. Alekhine se encontraba en el exterior de la herradura, sentado en una gran butaca, y aunque le sirvieron en varias ocasiones platos calientes, no tomó más que tabletas de chocolate, agua mineral, varias tazas de café y veintinueve cigarrillos. Sus respuestas a las jugadas, cantadas por el speaker, eran casi instantáneas, de modo que los tableros debían pasar por su memoria con l a rapidez de una cinta cinematográfica. A l terminar ¡a sesión, cuenta Goetz que Alekhine se levantó frais comnte une rose. E l resultado había sido 22 victorias, tres derrotas y tres empates. Otro caso prodigioso en esta facultad de memoria visual ajedrecística, cuyo estudio ha interesado a los hombres de ciencia a partir de Binet, fué el célebre jugador norteamericano Pillsbury, que llegó a jugar 22 tableros simultáneos de ajedrez sin ver y ocho de damas. Respecto a él mi noble contrincante del año 22, también yanqui, C. 5. Howeí, que había sido íntimo amigo suyo, me refirió una anécdota que revela el grado incomprensible que alcanzó su compatriota en esta ciasen de memoria. H o w e l acompañó una vez a Pillsbury a casa de un magnate m, M ií l i m OH mm mm de Iaa Blancas: A Alekhine (11 piezas) Posición después de l a jugada 20 blancas. D 1 D 21. T R X A P X T 22. T X P R R 2 A 23- T 7 R D X T, (obligado, pues el rey negro a l descubierto no podría resistir la acción de las tres fichas enemigas que le rodean) 24. C X D t R X C 25. D z R- f R 2 A 26. D 5 T R 3 A 27. D X P A T R i R 28. P 4 C R L a partida podía aún prolongarse mucho, pero estaba irremisiblemente perdida por ¿las negras, que tuvieron en este punto el gesto elegante de abandonar. E L campeonato social del Club Ma M drid continúa con gran animación, y la prueba está aún muy verde para que puedan hacerse- pronósticos. L a puntuación de los que marchan en cabeza, es como sigue: Primera categoría. -Berrones, 7 puntos de 9 A l m i r a l l 5 y medio de 6 K e r n 4 y medio de 6 Galindo, 4 y medio de 8; Sanz, 4 de 6, y C i fuentes, 4 de 6. Segunda categoría. -Segura, 4 de 6 Fernández, 3 y medio de 7; Iglesias, 3 de 7. Tercera categoría. -Martín Boch, 5. y medio de 7; Pacheco, 5 de 7; Ortas, 4 y medio de 7; Torres, 4 y medio de 7; Sánchez de la Cruz, 4 y medio de 8, y Sanz de Diego, 4 de 7. 3 fe A p? S O L U C I Ó N A L P R O B L E M A N U M E R O 40, ti POR P L A N C K L a clave es: 1. T 7 A con las siguientes variantes: I. 1. P X C 2. T 7 R y ahora si 2. R 3 A 3. C X P D -f y si 2. R c D 3. D 4 C II. 1. R 5 D 2. T 4 A- J- y a l a siguiente la dama da mate en 4 C o en 4 R. I I I 1. P 3 T 2. C X P R Esta es l a variante de más interés, pues ahora puede el rey tomar cualquiera de los dos caballos, pero en ambos casos l a dama da mate en 4 R o en 5 A R -M Gohnayo. Problema n ú m 41, por el D r Ijaskci (Negras, siete piezas. E l público debe leer diariamente nuestra sección de anuncios p o r palabras clasificados en secciones. E n ellos encontrará constantemente asuntos que pueden interesarle. j a n e a s cinco piezas. Mate en tres.

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