ABC SEVILLA 20-03-1932 página 16
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página16
- Fecha de publicación20/03/1932
- ID0002575961
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PALESTINA. EN LOS ALTOS DEL MORIAH HOY CIUDAD SAGRADA DEL ISLAM MEZQUITA EL- AKSA E L E G R A M A S recibidos de Jerusalén el día 14 nos dicen haber desaparecido de esta mezquita un pergamino m a nuscrito con versículos del Corán, de una antigüedad de más de ochocientos años, y cuyo valor se calcula en 25.000 libras. Parece ser que, dada l a importancia que las autoridades religiosas del Islam han dado siempre a todo lo que se relacione con su culto, se han negado, en un principio, a confirmar o desmentir l a noticia de tal desaparición, que han terminado por reconocer como cierta, creyendo pudo ser llevada a cabo al terminar, en estos días pasados, las fiestas del Ramadán. C o n este motivo, y creyendo pueda ofrecer algún interés o curiosidad a los lectores de A B C una ligera información de lo que es y supone para los creyentes de A l á esta mezquita, vamos a ocuparnos de ella en los breves apuntes á que nos obliga una crónica periodística. Sobre l a cumbre del prehistórico monte M o r i a h que allá en Jerusalén sirviera de base al famoso templo salomónico, cuna patriarcal del cristianismo, que escuchara dentro de su amplio, suntuoso recinto las p r i meras lecciones de Jesús; ocupando toda l a extensa área de l a allanada eminencia c o n sagrada el año 1012 antes de Jesucristo al culto de Jehová. hoy se levantan diversas construcciones musulmanas de carácter religioso, que forman el recinto denominado Haram- esch- Cherif (Santuario Augusto, o Ciudad Santa del Islamismo) E n t r e estas edificaciones descuella como hermosa obra maestra del arte árabe l a mezquita de Ornar, aquí erigida por el ilustre califa de este nombre, sucesor que fué de A b u- B e k r y jefe de l a célebre dinastía de los Omeyas. E n los mismos altos de esta eminencia, apoyada en l a muralla del recinto sagrado musulmán del Haram- esch- Cherif, yérguese otra famosa mezquita de g r a n importancia en los textos islámicos. E s t a es l a dicha E l A k s a (Lejana) así denominada por su s i tuación con respecto a los lugares de l a Meca v de M e d i n a Está edificada sobre el mismo solar de esta eminencia donde erigido fuera el templo de la Presentación, dedicado a la V i r g e n María por el Emperador Constantino. E l califa Ornar oró aquí y consagró al culto musulmán este lugar, ordenando se nombrase como queda dicho. L a p r i m i t i v a mezquita s u f r i ó después vicisitudes y c o n t r a tiempos sobrados para verse destruida y v u e l ta a reedificar diversas veces. L o s C r u z a dos la ocuparon, transform á n d o l a en palacio, que d e n o m i n a r o n del Rey S a l o m ó n hasta que, a cambio de l u chas y penalidades sin cuento, volvió a habilitarse como mezquita por Saladino. L a n u e v a edificación, de g r a n d í s i m o interés para el arqueólogo, mírase convertida hoy en un centro clerical y hospitalario, en el cual se agrupan las v i v i e n d a s de los sacerdotes, h o s p i t a l asilos y escuelas m u sulmanes. T A b d- e l- M e l e k califa que vivió en el s i glo v i i j en su devoción por esta mezquita, dicen que mandó cubrir sus puertas de entrada con planchas de plata y oro, las cuales medio siglo más tarde, al ser derribadas con el resto del edificio por un terremoto, se dedicaron al prosaico y utilitario fin de acuñar moneda. Su fábrica arquitectónica nos ofrece, a l exterior, un pórtico de siete arcos, correspondientes a las siete naves que forman el templo. L a arcada del centro es bastante m a yor que las otras. E l conjunto de esta obra acusa el gusto de un arquitecto indígena, siendo de advertir en ella el mismo sistema de apoyo de los capiteles enlazados que y a conocíamos por otras construcciones de p a recida factura islámica. Este pórtico, si hemos de hacer caso a una inscripción que se ve empotrada en el muro, fué erigido por M e l e k Muadhem Issa, sobrino de Saladino, en el año de 1236. E l interior es de un hermoso aspecto. F o r ma un cuadrilongo de noventa metros de largo por sesenta de ancho, el cual es d i v i dido en siete naves, sostenidas por seis órdenes de columnas monolíticas que imitan mármoles de distintos colores y son coronadas de capiteles corintios o bizantinos. E s tas columnas, que dan un sello de grandiosidad muy agradable al conjunto del templo, hacen mayor éste cuando se contempla l a columnata del centro, revestida de estuco marmóreo. E n general, su aspecto ofrece parecidas disposiciones a las de una basílica cristiana, con la diferencia que, en vez de formar una cruz, latina o griega, representada es aquí la figura de un Tan, desprovisto de ábside. L a nave central aparece sostenida a cada lado por seis grandes macizas columnas, recortadas, que, al igual que los capiteles, proceden de un viejo edificio bizantino. Entré ellas se encuentran tirantes de fuertes leños, en forma de arquitraves, y sobre una línea de arcadas ojivales rebajadas se abren dos series de ventanales. E l transepto indispensable para la construcción de la cúpula nos muestra unas hermosas columnas, procedentes también de otros lugares, lo mismo que los pedestales, que son de formas y elevaciones distintas, y que los capiteles, de diversos órdenes artísticos. MO. VIE MORIAH. MEZQUITA EI. -AKSA Protegiendo a las tres naves centfales y al transepto se. encuentra un techo de a r m a dura, y las otras cuatro naves de los extremos se hallan cubiertas por una serie de bóvedas de arista, apoyadas en cuadrados, sólidos pilares. A l fondo, contra el muro meridional, se encuentra el mikrab, flanqueado por airosas columnitas de mármol y tapizado de mosaicos se dice es obra de Saladino. E l inenbar es otro exquisito trabajo del arte árabe; consiste en un pulpito o cátedra de madera, que resulta un curioso trozo de ebanistería, lleno de incrustaciones de nácar y marfil, que fué construido en A l e p o por el artista H a r d i d Ben- Thafir el H a l e b i en 1168, por orden del sultán N u r- e d- D i n y de su hijo Melek es- Saleh, según se lee en una inscripción Se cree fuera destinado en un principio a una mezquita de Damasco y mandado después a Jerusalén por orden de Saladino. E n la parte Oeste del tumbar se hallan dos lugares de oración, cada uno con su correspondiente mihrab, rodeados de tina reja de dorado hierro, ejecutada por orden de los Francos. Estos lugares de oración están donsagrados, el uno, a Moisés, y el otro, a Issa (Jesús) E n este último se encuentra una losa de anaranjado mármol, incrustada en el pavimento, sobre la cual, y en su centro, se ve l a huella de un pie, que veneran los turcos con religioso recogimiento por creer sea. la impronta de uno de los pies de J e sucristo. E n la parte que corresponde a lo que podemos considerar como coro de esta mezquita hállase un curioso pulpito, soportado por dos columnas, de tal modo aproximadas la una a la otra, que difícilmente pasaría entre ellas un hombre de excesiva gruesura. Estas columnas son llamadas de l a prueba y del Paraíso por ser creencia muslímica que por entre ellas no podrán pasar más que los pfedilectos de Alá, predestinados a gozar de la felicidad eterna. L a s partes interiores de los fustes de éstas columnas, marcadamente desgastadas por el roce secular de los peregrinos creyentes que aquí acuden para probar si son o no aptos a la obtención de tari señalada dicha, demuestran el gran fanatismo de los hijos del Islam. E n la actualidad estas columnas están rodeadas de una verja de hierro, que imposibilita el acto de la prueba, para evitar graves d i s g u s t o s acarreados en d i s tintas ocasiones entre los imposibilitados a c r u zarlas. E n el e x t r e m ó i z quierdo de las naves laterales se ve la antigua sala de armas de l o s Templarios, y e n las de la d e r e c h a el mihrab de Ornar, con su marco de Columnas, y diversas columnitas en gracioso desorden- lugar é s t e s e g ú n la tradición, q u e s i r v i ó de oratorio a San Z a carías v a su hi io el Bautista. Detalle demostraré- vo de la c a p r i c h o s a múltiple leyenda mora es el del b e q u e te o gruta de la hoja que aqi. it, en el recinto de esta mezquita, os muestran, asegurando que un hombre que se introdujo en ella fué j 1