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ABC SEVILLA 20-05-1932 página 20
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ABC SEVILLA 20-05-1932 página 20

  • EdiciónABC, SEVILLA
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A B C. V I E R N E S 20 D E M A Y O D E 1932. E D I C I Ó N D E ANDALUCÍA. P A G 20. miembros se sentían dominados por la Cons. titución de Filadelfia y por los progresos revolucionarios, pero 3; ta ban pos ídps de un atavismo monárquico, y por ello crearon una soberanía monárquica con un representante republicano. Todos los territorios habrán de estar regidos por un solo Poder, que concentrarán todos los de la nación. Pero este juicio, mantenido en la Filosofía política, está desmentido por hechos reales, como es la descentralización del federalismo. Esto no es una ficción doctrinal, es un hecho real en muchos pueblos. L a centralización es una necesidad impuesta por las necesidades de la vida moderna y la magnitud de los servicios públicos. ¿C ó m o encajar en la sobe Tañía única la de las regiones, Estados o naciones? L a soberanía no es un derecho subjetivo del- Estado, no es superior a l a comunidad misma que constituye el Estado; és un atributo de la comunidad misma, y lo que corresponde al Estado es ei ejercicio de ese Poder que corresponde a la soberanía. Todo organismo capaz de una realización del Derecho en una esfera mayor o menor, es un Estado, y, por tanto, en un sentido amplio o genérico, existen Estados generales, como existen los Estados- regiones o los de los Municipios. Por eso dice Posada que el concepto de la soberanía ha venido a refundirse en el de la autonomía, que es un Poder dispuesto a actuar con sus propios medios para el desenvolvimiento de sus fines. E l Ayuntamiento es soberano en lo suyo, sin perjuicio de l a coordinación en los demás para realizar fines superiores a sí mismo. N o puede haber soberanías ilimitadas en los Estados nacionales. L a humanidad marcha por el camino de l a coordinación que i intenta la Sociedad de las Naciones. Y vamos a la discüíióh del Estatuto, o sea d e l lo que se puede conceder a Cataluña. E s p a ñ a no es una República federal, pero tampoco, digan lo que quieran, un Estado perfectamente unitario. E s según l a Constitución, un Estado integral, pero ésta es una frase vacía de sentido, pues tan integral es un Estado unitario como uno federal. A h o r a bien; como l a Constitución añade que es compatible con l a autonomía de las regiones, bien claro se ve que acusa esta tendencia autonómica. Cataluña ha pedido ser constituida en región autónoma. Lee el orador los artículos 14, 15 y 16 de la Constitución que se. refieren a las materias sobre las que tratan de legislar el E s tado y las regiones. Dice que a las Cortes les compete l a oportunidad de las concesiones que permite el artículo 15. Sostiene la teoría de l a existencia del pactó entre el Estado y Cataluña, aunque se llame innominado, que está contenido en la Constitución. P o r eso entiende que esta discusión es contractual. N o cree que haya peligro alguno para l a unidad nacional. N o es ésta tan quebradiza que vaya a romperse por la concesión de una autonomía. Tampoco ve peligro para la Hacienda del Estado nacional en la cesión de las contribuciones que se piden y hasta entiende que sería conveniente un concierto económico a base de la cesión de las contribuciones directas, cuyo importe podría recaudar libremente la región con los impuestos que mejor le pareciesen, fijándose la aportación al Estado, propórcionalmente a la riqueza. Alude al concierto con. las Vascongadas. H o y no es admisible la cuota fija por el concierto, porque el Estado tiene que aumentar anualmente sus gastos, por lo cual el cupo del concierto tiene que ser proporcional, Pero esto es cuestión de números. T Eslima que sin un sentimiento nacional no hay acción posible, pues nada importa que existan sentimientos regionales. Nadie es ciudadano de una abstracción, por lo cual ha de haber el sentimiento de todos permanecer unidos. Se dirige a los españoles diciéndoles: Sed fuertes, sed graneles. Nosotros queremos enorme amplitud en las autonomías de las regiones sin desconfiar de ellas, pues s i a l guna se ha- excedido en sus sentimientos, lo fué al verse atacada. Defendemos una política netamente española. (Aplausos de los grupos regionales. E l S r G A R C Í A G A L L E G O (sacerdote) empieza preguntando si la Constitución per. 111 íte la existencia de Estados autónomos, dentro de la República española. E l Sr. S á n chez Román lo niega, y e s lo cierto que, negándose en la Constitución, el Estado convierte en tal a Cataluña. L a realidad del texto constitucional es l a de afirmar l a posibilidad de la existencia de Estados a u t ó nomos. Lee fragmentos de la Constitución del Estado libre de Irlanda y advierte que nada de lo que aquélla contiene está en el Estatuto de Cataluña, pues en la Constitución irlandesa está garantizada la soberanía de la Corona inglesa, que tiene en Irlanda un representante. Afirma que antes de dar el Estatuto a ninguna región ha de constituirse el T r i b u nal de Garantías Constitucionales, y recuerda que para conceder las leyes de relación de los Estatutos se necesitan las dos terceras partes de los diputados. Afirma que llevará al Diario de Sesiones las referencias que pensaba hacer de diversos textos constitucionales de Europa, para no fatigar a la Cámara, pues en dichos textos se- demuestra que hay en ellos más trabas -y cortapisas para los Estados autónomos que los que nuestra Constitución señala para Cataluña. S i no se hubiera abierto en la Constitución- -dice- -la puerta al Estatuto, no tendría hoy Cataluña la fuerza moral que tiene para reclamar lo que reclaman. L a frase de autonomía, s i soberanía compartida, no N o resiste l a más ligera crítica. L o s que hablan tienen l a obligación S 015 ER E! mejor, El más caro. LUBRICANTES AMERICANOS especiales p a r a a u tomóviles y motores DIESEL, Ú N I C O S ELECTRORREFiNADOS C. 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Pero si no rompe tal unidad es lo cierto que la disminuye y en tal sentido el Estado quebranta la unidad central y se va a la preparación de un conflicto de secesión; es que la máquina toma carbón en esta estación de parada para llegar al punto de destino. (R u mores de los catalanes. Y o digo- -afirma- -que, con arreglo a la teoría sustentada por, el Sr. X i r a u m a ñ a n a Cataluña se separará. (Nuevas interrupciones: N o es eso. E l Sr. X i r a u ha dicho que un pueblo puede pertenecer a un Estado mientras esa tea su voluntad; y yo digo que tai principio no se puede sostener. Cree qu- e es lo mismo que el Estado tenga o no libertad de modificar o no el Estatuto, pues la realidad impedirá su modificación. Termina oponiendo otras razones en contra del Estatuto. (E l ministro de M a r i n a lee un proyecto de le 3 E l Sr. N I C O L A U D O L W E R interviene en defensa del dictamen y dice que el E s tatuto í s una fórmula moderadísima y l a más sensata que puede darse para la autonomía de Cataluña. Afirma que los que dicen tot o res son los mayores enemigos del Estatuto. E l debate debe ¡seguir en un plan objetivo y actual, huyéndose de todo sentimentalismo, que estaría fuera del temperamento del orador. L a base de l a discusión debe ser l a Constitución de la República. Declara que todos los representantes de Cataluña y el pueblo catalán acatan esta Constitución por haberla aprobado y porqu- e fué votada en Cataluña a priori, toda vez que el Estatuto había de ella y la acata antes de que hubiera sido votada por las Cortes. Lee preceptos del Estatuto relativos a que no podrá ser contrario a la Constitución, l o que representa que el pueblo catalán votó ésta en blanco. E l hecho de haber votado todos la Constitución- -dice- -nos da un derecho que defenderemos con t e s ó n el de- recabar para Cataluña y para el Estado todo aquello que la Constitución permite. E s t a habla de auto- nomía política, no ya administrativa: y también del Derecho ck: Cataluña a solicitarla, señalando la manera cómo su voluntad ha. de expresarse. L a Constitución no es un concepto literario, sino que fué votada para ser puesta en marcha, para que sea algo vivo, para, sacar de ella todas la s posibilidades que envuelve. Aquí, dice, se ha hablado mucho de cordialidad. Mejor hubiera sido hablar con cordialidad. Dejemos ésta al margen, pero ñ o caigamos en el extremo contrario. Empleemos la buena fe para tratar unos con otros. Todas las c r í t k a s oídas están basadas en recelos injustificados, hasta tal punto, que expuestas ipor los diputados catalanes hubieran dado lugar a que se nos tildara de separatistas. E l querer contraponer la Generalidad al Estado español eso sí que es separa, tismo. Reconoce, como ha dicho el Sr. Franchy, que en los pueblos de tradición monárquica se conserva siempre un espíritu que hace que muchos republicanos que parecen tales no lo sean, pues no basta ver al Rey al otro lado de la frontera. H a y que darse cuenta de. que la República es lo contrario de M o narquía. Ese funcionario representante de Estado en Cataluña que algunos proponen, sería una especie de virrey de- la República. Eso no puede ser. E n la República todo P o der emana del pueblo. 3 Drata del t e n a de la soberanía y dice que ¡rriri ni inr T -m i- -i- ir ¡ir

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