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ABC SEVILLA 24-12-1932 página 23
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ABC SEVILLA 24-12-1932 página 23

  • EdiciónABC, SEVILLA
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A B C. S Á B A D O 24 D E D I C I E M B R E D E 1932. E D I C I Ó N D E ANDALUCÍA. P A G 23, Se procede a la votación nominal del voto particular del Sr. Baeza Medina y demás radicales- socialistas. Los radicales se ausentan del salón. E l presidente habla de sesión p e r manente y el señor M a u r a anuncia que se retirará con su m i noría E l voto es aceptado por 186 votos contra- 44, E n la miñona agraria se pide que se lean los nombres de los votantes. E l P R E S I D E N T E declara que aplicará a todos el reglamento, y que, si es preciso, se declarará la sesión permanente. (Rumores y campanillazos. E l Sr. M A U R A dice que no hay razón para esa sesión permanente y que si se acuerda tal violencia sus amigos abandonarán el salón, dejando a l a mayoría la responsabilidad de lo que acuerde. E l Sr. I R A N Z O dice que se viene matando de sueño a los diputados, y ahora se trata de matarlos también de hambre. E l P R E S I D E N T E H a y presentadas enmiendas repetidas, con intento casi análogo, que parecen tener l a finalidad de obstaculizar la labor de l a Cámara. N o quiero catástrofes en el salón de sesiones; pero si el señor M a u r a desea ausentarse del salón, no por eso la presidencia se considerará desautoriE l Sr. G U E R R A D E L R I O advierte que el Gobierno, para el quorum, necesita del voto de las minorías, y cree que es poco hábil en él provocar esta situación. E l Sr. A I Z P U N de l a minoría nacionalista vasca, justifica l a presentación de las enmiendas. Cree que l a Cámara podrá aprobar algo del artículo 44, sin rechazar su totalidad. N o se trata, pues, de obstruir, sino de defender los intereses de estos sacerdotes, y se ha buscado el medio reglamentario para encontrar la solución al problema, aunque fuere rechazado el artículo 44. E l P R E S I D E N T E cree que podría suspenderse la sesión, para reanudarla por l a noche, a fin de aprobar el resto del articulado, señalándose un día para la votación definitiva. E l S r M A U R A cree que no se debe forzar l a discusión y entiende que podrían reanudarse las sesiones el día 27. E l P R E S I D E N T E no lo entiende así, y alega sus razones. E l presidente del C O N S E J O se adhiere a l a propuesta del presidente, esto es, a la de terminar hoy mismo, sin prejuzgar la cuestión del número de horas que hayan de emplearse en la discusión. N o se trata de una cuestión política- -dice- sino de interpretar el deseo de l a mayoría de los diputados, que desean acabar hoy mismo, si se puede acabar, para venir a votar un día de l a semana próxima. E l Sr. M A U R A N o me extraña que los diputados de l a mayoría, que han de l i m i tarse a votar, quieran marcharse cuanto antes; pero los de oposición, que tienen que estudiar y discutir, no ven las cosas de la misma manera, si el jefe del Gobierno quiere que se utilicen las horas reglamentarias. E l presidente del C O N S E J O Las que quiera la Cámara; todas las que ésta decida. (Protestas en las minorías. E l Sr. M A U R A S i e I S r Azaña insiste, yo me marcho, y mis amigos también. Otros diputados: Y nosotros. E l P R E S I D E N T E N o me gustaría tomar una decisión por imposición de la mayoría, n i tampoco por la amenaza de retirada de una minoría. Vengamos esta noche, y cuando el cansancio de la Cámara lo requiera, suspendemos l a sesión, para reanudarla la semana que yiene. t Los últimos sacrificios, bien se pueden hacer. Seamos tolerantes. ¿Venimos esta noche? E n las oposiciones: N o no. E l P R E S I D E N T E ¿Pero qué garantías son las que pedís? E l Sr. M A U R A interviene. E l S r -J I M É N E Z N o podemos estar así, un día y otro, los que vivimos fuera de M a drid. E l Sr. M A D A R I A G A (D D i m a s) ¡S i hace tres meses que no venís al Parlamento! E l Sr. M A U R A Con que diga el presidente que la sesión de la noche será de duración normal, es suficiente. E l P R E S I D E N T E B i e n pues prolongaremos la sesión a términos normales. Acto seguido se levanta la sesión, a las nueve de la noche. Sesión nocturna A las once menos diez se reanuda la sesión bajo la presidencia del. Sr. Besteiro. Las tribunas muy desanimadas. E n el banco azul los ministros de M a r i n a y Justicia. Se da cuenta de un dictamen de la ¡coimisión de Presidencia suprimiendo la clase de porteros adjuntos en el Cuerpo de porteros de ministerios civiles. S i n discusión queda aprobada. También se aprueba otro prorrogando el plazo para llevar al Consejo de ministres las redamaciones formuladas por el Patronato de bienes incautados a la Compañía de Jesús; L a L e y de Presupuestos Prosigue la discusión del articulado de la ley de Presupuestos para 1933. (Entra el ministro de Hacienda. E l Sr. F A N J U L apoya cómo voto particular el artículo 44 del dictamen, que quedó suprimido al aceptarse el voto del señor Baeza. Niega el propósito de obstruccionar y recalca que dieron facilidades para l a discusión de los presupuestos. Se declaran defraudados, decetpcionados y hasta engañados después de las promesas que se les hicieron. S i n embargo, piden y ruegan que no se persista en que queden en la m i seria unos millares de sacerdotes. Cree que se debe buscar una fórmula de avenencia. Niega que el artículo pugne con los preceptos constitucionales. N o pretendemos que se sostenga el Clero; solicitamos que con él se siga igual norma que con otros funcionarios a los que se ha obligado a prescindir de su carrera. E s decir, que se conceda un subsidio a los sacerdotes. (Entran los ministros de Estado y Obras Públicas. Termina diciendo que la Comisión, la Cámara y el Gobierno deben meditar sobre la justicia de la causa. Discurso del ministro de Justicia Interviene el ministro de J U S T I C I A y anuncia que será breve. Se dirigirá a los grupos de la oposición, radicales, federales, y a los que procediendo del pasado régimen se incorporaron a éste para servirlo. Entiende que la primera obligación de todos es centrar el problema. Afirma que no se puede acceder a lo que pretende el señor Fanjul en su voto- y los demás diputados en sus enmiendas, por dos causas: una legal y otra de justicia. N o es legal, por ser contraria al artículo 26 de la Constitución. E l Estado no puede ayudar a la Iglesia n i a ninguno de sus miembros. Es injusto comparar este caso con el de militares u otros funcionarios, que carecían de medios de sustentación. U n funcionario público no. lleva apare- jados los derechos pasivos. U n diputado, un concejal, un miembro de un tribunal, son funcionarios públicos. E l Sr. G U A L L A R T ¿Desde cuándo? E l ministro de J U S T I C I A Son funciónarios públicos, y no perciben derechos pasivos. Pero, además, la jubilación lleva aparejada la cesantía de funciones, y este caso no se daría en los sacerdotes, ya que seguirán desempeñando sus peculiares funciones. Tampoco pueden considerarse excedentes forzosos. N o pueden, por tanto, ser consideíados dentro de ningún precepto legal. (Entran el jefe del Gobierno y los m i nistros de la Gobernación, Instrucción y Agricultura. Cree que la Iglesia puede v i v i r por sí misma con dignidad, ya que no con boato. Achaca a la administración eclesiástica el vicio de falta de publicidad. Puede reducir los gastos, suprimiendo los obispados. Hacen mal- -añade- -siguiendo la conducta emprendida en ese problema. N o es culpa de la República esto. E s la realidad que manda y a ella hemos de atemperarnos. (Aplausos de la mayoría. Rectifica el Sr. F A N J U L Dice que el m i nistro es injusto al atribuirles poca templanza. Nosotros no atribuímos nada a la República; culpamos, al Gobierno, que se deja coaccionar por el Sr. Albornoz. Esta actitud es equivocada. Su señoría afirma que la Iglesia es rica, y eso, no es argumento. N o se trata de r i queza, sino de relconocimiento de un derecho. Pues en ese caso el funcionario que fuera rico no tendría derechos pasivos. N o nos oponemos, a que se cumpla la Constitución suprimiendo el presupuesto de Culto y Clero. Esto no es óbice para dejar de reconocer las individualidades. Señala el centraste entre el discurso del Sr. De los Ríos sobre este tema y la actitud de ahora del Sr. Albornoz, que cierra el pasja a toda solución de concordia, de forma que allá vosotros con vuestra responsabilidad. E l Sr. G U E R R A D E L R I O reipite loa argumentos de por. la tarde y anuncia que se abstendrán de votar en este asunto. E l Sr. N I E M B R O igualmente repite sus argumentos. Señala lo significativo que resulta discutir esto y plantearlo ahora comió cosa de broma, cuando hay que debatir asunto tan importante domo el traspaso de servicios a l a Generalidad. (Protesta de los catalanes. E l Sr. N I E M B R O Ustedes no tienen derecho a nada. Vienen aquí a cobrar solamente y no permiten, en cambio, que los españoles vayan allí. (Nuevas y grandes protestas que corta la presidencia con fuertes campanillazos. Los agrarios piden votación nominal, y el Sr. B E U N Z A explica su voto, impugnando e l discurso del Sr. Albornoz y rebatiéndole sus argumentos. Cree qué la República no debe dejar desamparados a estos modestos sacerdotes, y estima que no se puede hablar de mala administración de la Iglesia, cuando se afirma al mismo tiempo que es secreta. Se desecha el voto del Sr. Fanjul, por 157 votos contra 35. (Ocupa la presidencia el Sr. Barnés. E l canónigo Sr. M O L I N A N I E T O defiende una enmienda, concebida en términos análogos al voto del Sr. Fanjul. Pone de manifiesto la posición difícil de los diputados católicos, ante la maniobra i n concebible de que han sido víctimas en la tarde de hoy. L a maniobra, además de i n concebible, ha sido trágica. Pone de manifiesto la labor educadora y cultural de la Iglesia en todas las épocas, y el espíritu de orden y disciplina que i m prime sus propagandas, con lq gue coatri-

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