ABC SEVILLA 26-03-1933 página 18
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página18
- Fecha de publicación26/03/1933
- ID0002585686
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se tiende la llanura sin más límites que el horizonte de un grato fondo verde, que la distancia va pintando de azules y grises; bajo la coliria serpentea el camino entre las casas del poblado y se empina sobre los pies centenario? de los puentes, para salvar los precipicios, y se pierde luego en el llano, sobre vides y pinares. Nos es grato seguir con el pensamiento, primero que con los pasos, el camino que nos lleve a la ciudad; y lo contemplamos otra vez antes de bajar, de nuevo hacia la tristeza del parque sin vida. E n un estanque hay un reflejo de mirtos inmóviles, sin inquietud de brisa entre las hojas o sobre las aguas, que sería juego de voces en las ramas o de luces en el cristal; pero desde el fondo (leí jardín viene un amable cascabeleo de risas. Y son de agua también, que salta en arcos desde una fuente para correr luego hacia el remanso de las albercas; risas y canciones d é agua joven antes de hacerse reposada tras el camino. E l sol poniente viene a acariciar con rayos tímidos las aguas saltarines; y si subimos a la pequeña terraza que domina los surtidores, vemos la luz, antes sin matiz, convertida en topacios y rubíes; y el iris lo contemplamos por vez primera al alcance demuestra mano. No es milagro casual éste ¡milagro de luces, que nos cura, con oleadas de iris, la angustiada emoción del parque sin ruidos y del palacio sin almas, sino que yo lo creo estudiado para curar en otros hombres, con los mismos remedios, cuando Villa de Este era centro de ambiciones y deseos, los males de hartura y desengaños. Nos prende las, miradas este iris diminuto, que se desgrana en perpendicular cinta de gemas sobre la copa de la fuente; y cuando, ya lejos de Tívoli, cerrarnos los ojos, aún vemos, dentro de nuestra retina, el surtidor en cabellera despeinada, donde se trenza la cinta de los siete colores, y apretamos más los párpados para que nadie nos vea el hurto y no sepa que traemos con nosotros lo más bello de Tívoli y su vita. MARIANO TOMAS