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ABC SEVILLA 10-06-1933 página 3
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ABC SEVILLA 10-06-1933 página 3

  • EdiciónABC, SEVILLA
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DIARIO ILUSTRAD O A Ñ O VI G E SI M O N O V E N O 10 CTS. N U M E R O FUNDADO E L i D E fUNIÓ D E 1905 P O R D T O R C U A T O DIARIO ILUSTRADO. A Ñ O V 1 GESIMONOVEN O 10 GTS. N U M E R O LUGA DE TENA UN ALCALDE COMO HAY POCOS... E l periódico E l Amigo del Hombre ha denunciado una matanza de perros. LO DE LONDRES ¡A los cascos! ¡A los cascos! ordeno Nelson a sus artilleros de Trafalgar para que rio malgastaran los tiros. Por el corresponsal del A B C en L o n dres, Si- Bolín, conocemos el orden del día preparado por los técnicos de la Conferencia Ecónóniica. Primero. Restauración de v n standard monetario internacional. Segundo. Aumeuto emel nivel de los precios mundiales. Tercero. Facilitación de las operaciones del cambio internacional. Cuarto. D i s minución de los aranceles que estorban el comercio deÍ, muudo. Pero supongamos, que las causas de la crisis económica del mundo sean también cuatro. Primera. E l- aumento irrefrenado de los presupuestos en- casi todos los países. Segunda. E l exceso de maqumismo, que posibilita en cualquier momento la sobreproducción. Tercera. L a acumulación de créditos en cantidades astronómicas. Y cuarta. L a industrialización del Asía y el cultivo de los desiertos facilitado por las máquinas. Resultará entonces que los técnicos de Londres proponen exactamente corregir los efectos, pero no sus causas, es decir, dis parar sobre las arboladuras y no sobre los cascos. Porque supongamos que se trata de crear un standard monetario internacional, dejando que ios presupuestos sigan creciendo en la. medida que lo piden los. burócratas y los electores, de los parlamentarios. E l resultado fatal es el déficit, que a- su vez produce la ...desconfianza y l a emigración del capital, con lo que. falta oro (o cualquier otro standard) para la transferencia del d i nero emigrante, y cada pueblo se ve obligado a no. pagar sino en su moneda, ¡y adiós standard internacional! Aumentemos los precios mundiales. Basta con reducir el valor de la moneda. ¡Cosa m á s sencilla! Pero ahí están las máquinas. Cada nación tiene bastantes para proveer al universo Fabricantes y consumidores no necesitan más que crédito para lanzar a producir y consumir. Y a están las máquinas en marcha, sólo que antes que todas trabajen ya han surgido la sobreproducción y la consiguiente baja de los precios. Decretemos la libertad de los cambios i n ternacionales. L o s créditos- son tan inmensos que no hay pueblo capaz de. pagarlos. i Que se vuelven a abrir las ventanillas? Pues habrá que. cerrarlas, si se presentan a cobrar los acreedores, como hoy las c e r r a r á Alemania por carecer de divisas extranjeras con que pagarles. ¿Facilidades aduaneras para el comercio internacional? Perfectamente. Días pasados reconocía- el Times que Inglaterra no puede competir con el J a p ó n en los mercados del Oriente, en punto a textiles y bombillas eléctricas. Podía añadir que ni con l a C h i na, ni con la India. L o propio ocurre a los demás países industriales, de Occidente. Y tampoco, con la agricultura de América. También -confiesa el Times que los pueblos de Europa no pueden dejar su. tierra sin cultivo, porqué el trigo americano sea más barato. Y entonces? Apunten a los cascos, los señores, técnicos. Y a es hora de no seguir perdiendo eFtiempo. FALLÁRONLOS CIM 1 ENTOS Vivimos sobre fórmulas cuya substancia ha sido vaciada, por los acontecimientos. X 6. Frossard. N o creo que se haya escrito nada más sintético acerca de l a característica política, de los modernos tiempos. Toda la vida, social se ha edificado sobre tópicos, que, a l rodar por el mundo, van dejando la poca substancia que tuvieron, o que ya, desde el primer instante, denunciaron sonoridades de oquedad. N o debemos cansarnos de repet i r l o vivimos sobre fórmulas cuya substancia ha sido vaciada por los acontecimientos. Pero- lo m á s pasmoso en la significativa frase es que la ha escrito un militante socialista francés, con ocasión del reciente Congreso socialista de Avignon, y l a ha aplicado concretamente al socialismo universal. P a r a él, las fórmulas cuya substancia- ha, sido vaciada por los acontecimientos son precisamente las que llevan el cuño marxiste. Y no sólo para él, sino para otros correligionarios suyos cuyos testimonios invoca. Boris Souvarine confiesa que el cincuentenario de l a muerte de M a r x coincide con la plena desagregación del socialismo uni- versal, aunque pretenda que éste no es sino marxismo degenerado, y Laurat sostiene con apariencias de paradoja que un marxista no puede conservar la ortodoxia sino aiprecio- de continuadas, herejías. P o r todo ello Frossard se pregunta acongojado ¿Asistimos verdaderamente a una dibacle del socialismo universal? Esta c r i sis del capitalismo, de l a que debía surgir la revolución social, ¿vendrá acompañada de Una especie de caída- -el vocablo es de Souvarine- -o de dimisión del proletariado? Dejemos en paz en estos críticos momentos al proletariado. N o tiene por qué dimitir, porque no son sus reivindicaciones, en lo que de legítimo posean, lo que cruje. L o que se descompone al contacto- d e la realidad es l a dogmática marxista, como antes se descompuso la. del capitalismo; individualista. Apoyar toda la economía en el fantas- ma del cazador o del pescador aislado que tantas burlas suscitó en M a r x fué preparar desde el primer momento l a ruina del capitalismo. Poner el valor en el trabajo y el origen de lá pías valía en un milagroso crecimiento de! mismo, análogo al de una multiplicación de los panes y los peces hecha a diario por quienes. carecen de poderes sobrenaturales, era poner en el edificio el explosivo con la mecha encendida, que en plazo cierto había de derribarlo. U n a y otra concepción se traducían en fórmulas cuya substancia, más que vaciada por los acontecimientos, na encontrado e ¡i éstos alimen- to para su perniciosidad y se ha destruido a sí misma. L a Humanidad, sin embargo, no puede vivir sin un cuerpo de doctrina en el orden económico, que por necesidad ha de apoyarse en fundamentos indemostrables y, por lo tanto, axiomáticos, que en cierto aspecto son lo más parecido al dogma. Pero hay que recordar una vez más que el mal no está en el dogma, sino en el falso dogma. E l alcalde de E l Escorial de Abajo, atendiendo a precauciones higiénicas, 110 bastante estudiadas por la Dirección general de Sanidad, ordenó días- pasados l a inmolación de todos los perros del pueblo. E s un acto sin precedente en un. país de, mediana civilización. S i rile decido a recogerlo y a comentarlo, rio es con la esperanza de despertar en la conciencia de ese sujeto gérmenes de humanidad que, p o r lo visto, la Naturaleza le ha rehusado, sino para que se sepa, dé fronteras allá, todo lo indiferente que puede ser a las más elementales consideraciones de compasión a los seres inferiores un régimen político que pone los atributos de la autoridad a merced de un desalmado. Ciertas vergüenzas deben expiarse. Aunque la leyenda publique lo contrario, se puede asegurar que el español medio es más inculto que cruel. Los que hemos v i v i do, por la modestia de nuestros orígenes, cerca de la gente del pueblo, sabemos algo de su cordialidad y de su desinterés. N o hay. una clase social que no responda, en una u otra medida, a los estímulos de la compasión, si, se la requiere oportunamente. De esos sentimientos han salido millares de ejemplos qué nos rehabilitan del oprobio de aquella leyenda, difundida preferentemente por los seudointelectuales de l a vanguardia izquierdista. Pero, de cuando en cuando, y triste es reconocerlo, con bochornosa frecuencia, surge un tipo de la monstruosa psj- cología de ese alcalde, dispuesto a renegrir de nuevo nuestra legítima fama de huma nos. ¿E n qué partido milita esa fiera? E s t é donde esté debe alcanzarle una sanción que, si no será eficaz en el sentido pedagógico, t e n d r á el mérito de hacer su nombre execrable entre aquellos de sus convecinos que reprueban su salvaje proceder, que. será, seguramente, la mayoría del, pueblo. Hace unos veinte años largos; un individuo de mentalidad parecida a la de ese alcalde malt r a t ó sin razón a un perrito inofensivo. Intervino el amo del animalito en defensa de éste, y al sentirse, agredido de heclw por el impertinente, disparó sobre él, dejándolo muerto de un balazo. Don José Canalejas no tuvo a menos el abogar en l a Audiencia por eLamo del perro, y el delincuente ocasional fué absuelto. De todos los animales que el Creador ha ptiesío cerca de nosotros, sin duda para que 110 nos ufanemos de tener la exclusiva de la inteligencia, ninguno iguala al perro, por la constancia de l a abnegación con que nos sirve. E s nuestro amigo más discreto, porque n i nos contradice ni nos sacrifica a despiques de vanidad. Inmolarlo a ciegas es un crimen, que si no está penado en el Có- digo, tiene su sanción en toda conciencia que no adolezca de innobleza. M e dicenque ese alcalde es socialista. N o lo afirmo, porque no me consta; pero, si lo fuese, e l partido, que ya cuenta con s, u Salomé c o- rresponáicnfc, poár m envanecerse de tener en su seno un aprendiz de Herodcs, que xse está haciendo la mano para m á s altas em- presas... x MANÜEI B U E N O L. f RAMIRO D E M A E Z T U j VÍCTOR PRADERA

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