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ABC SEVILLA 02-09-1933 página 3
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ABC SEVILLA 02-09-1933 página 3

  • EdiciónABC, SEVILLA
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DIARIO ILUSTRADO. A Ñ O V I G É SIMO N O V E N O 10 CTS. N U M E R O DIARIO I L U S T R A DO. AÑO VIGÉSIMO N O V E N O 10 CTS. N U M E R O F U N D A D O E L i. D E J U N I O D E 1905 P O R D. T O R C U A T O L U C A D E T E N A A G O N Í A D E U N DIOS La moneda no medida que debe invariable; es una M. es ya una permanecer mercancía. DE Roux. LA V A G A N C 1 A F O RZ O. SA Ha entrado en vigor la ley de Vagos. ABC EN ROMA Cíelo, mar y tierra E n los taludes, al margen de l a vía férrea o del camino, y en los muros de las ciudades, al transponer las fronteras de Ttalia, vemos repetidas veces esas tres palabras sobre un dibujo en que se recomienda el producto; de una industria... Pero en estos días últimos, al ver de nuevo el anuncio tantas veces mirado con indiferencia, nuestro pensamiento borra el nombre comercial para escribir sólo el de Italia, junto a las tres palabras de intención victoriosa: cielo, mar y tierra. E n pocos días, la nación hermana nuestra en proximidad y origen ha conseguido los tres triunfos; sobre el cielo, primero; después, sobre el mar, y, al fin, sobre la fierra. P a r a mí, que no entiendo de la poesía heroica y no me conmueve, como no nos emociona nada de lo que está sobre nuestra inteligencia o lejos de nuestro corazón; l a más bella victoria de las tres es la que no precisa de una l i r a homérica, sino virgiliana, para acompañarla en su triunfo. Grande la victoria sobre el cielo, indiscutible sobre el mar, pero ninguna merece tanto la gracia del laurel sobre l a frente del afortunado como la victoria de la espiga y del grano. Sobre el atardecer rojo de un día de agosto, mientras el disco del. sol se anega en las aguas y tiende hacia el cíelo sus. rayos en demanda de un socorro imposible, van apareciendo en el horizonte los navios del cielo. E l caudillo los espera sobre su atalaya, la diestra tendida hacia ellos y la siniestra apoyada en el corazón... H a y un silencio de emoción y de angustia, y l a silueta obscura del hombre se destaca, cada vez con fuerza mayor, sobre el fondo en brasa del cre púsculo estival. Como un símbolo, el azul se torna empurpurado de vergüenzas, con el rubor de su derrota... Y otro día llegan noticias de A m é r i c a l a m á s importante. unidad de ia flota comercial italiana ha triunfado sobre sus rivales y precursores y recorrió mayor distancia en menor tiempo. E s t á n vencidos el cielo y el mar. Y la tierra también. Sino que la tierra, por más delicada y amorosa, no ha de serlo con heroísmos y alardes, sino con paciencia y dulzura, que al cabo es mujer. Se tendía bajo las aguas pantanosas de la región P e n tina, enferma de esterilidad, angustiada defiebres, y el veneno de sus humores lo inoculaba a quienes se acercaban a ella. E r a n tierras malditas, de miseria y de muerte; pero 110 hay tierra- -al cabo es mujer- -que no se conmueva con los halagos y las blanduras y que no trueque su furor en sonrisa si hay quien se llegue a ella con amor verdadero. Aquellos humores ponzoñosos se le desaguan hoy en un canalillo de dulces reflejos verdes, que corre, durante largo trecho, al margen del camino napolitano. Sobre lo que antes fueron charcas pestilentes se alzan granjas y caseríos adornados ahora con el dorado de las espigas, ha poco segadas, y allá lejos, en donde a n t a ñ o los reflejos de las estrellas, al hundirse en las aguas tristes, temblaban contagiadas de malaria, brillan hoy sobre el crepúsculo sereno las serenas luces de Liíoria, la ciudad nueva... MARIANO TOMAS Recuerdo perfectamente los tiempos en que la Ciencia iba a engendrar a Dios. Los ateos, mal hallados en su ateísmo, estaban a punto de encontrar lo que colmase el vacío de sus almas. L a Verdad derrocaría la S u perstición, y los espíritus así emancipados serían iluminados por el sol de la Libertad. Dejando a un laclo lo enfático del estilo, era lo cierto que en aquellos hombres había mucho de infantil. E l ansia de substitu. ción de lo repudiado con algo cuya naturaleza ignoraban, revelaba su inquietud espiritual y ponía de. manifiesto que la seguridad de que hacían alarde no pasaba de mera apariencia. Y era lo más curioso que 3 a substitución anhelada no podía llevar a sus entendimientos evidencias que echaban de menos en lo. substituido. Para casi todos, tan obscuros habían de ser los problemas de la Ciencia como los misterios de la Fe. Llegó a surgir el nuevo D i o s un Dios verbo del Hombre. L a Ciencia iba a instalarse en el Trono del Altísimo y a expulsar a la Teodicea del lugar que había usurpado. E l sol de la Libertad resplandecería sobre espíritus emancipados, que se tornarían claros como la luz que los bañaba. Los ateos ya tenían un Dios, y la Humanidad entera estaría con Dios, y Dios permanecería en la Humanidad. Se daría satisfacción a todos los gustos, desde los que se pierden en vagos misticismos anárquicos a los que ne- cesitan ser saciados por Epicuro. E l nuevo Dios ha tenido vida corta; se está muriendo ya. Verbo del Hombre, no podía negar su condición mortal. Se proclama ya sin rebozo alguno la crisis de la Ciencia en su aspecto m á s material y tangible. No se sabe lo que es la moneda con la que al obrero se paga su jornal cuando fué captado con la sinrazón de que no entendía el misterio de la Santísima Trinidad. ¿Q u é e s lo que percibe a cambio de su trabajo? ¿M e r c a n c í a? ¿Medida de las mercancías? Y no es lo peor que él no losepa. N o lo saben los hierofantes d e j a Ciencia que había de tener categoría divina. E m baucan al pueblo, exactamente igual que, según sugestión falaz, embaucaban los sacerdotes de la Religión. Que una moneda (el dólar) valga hoy ocho, cuando ayer valía once, porque así place al Gobierno, no pudo imaginárselo nadie hace unos años. Que la devaluación sea buscada como un bien, tampoco. Que con ella se beneficie el deudor que paga su deuda con menor valor absoluto, o el acreedor que adquiere por efecto de la crisis que l a motivó mayor cantidad de mercancías, nadie lo sabe. Todo el mundo se mueve entre tinieblas; pero se mueve para fio dar la impresión de que no sabe adonde va. Y el sol de la Libertad se va apagando también. Y a no ilumina la Economía, que le ha cerrado sus ventanas; ya no dora los picachos de la política, en que se ha instalado la fuerza bajo diversas formas y expresiones. Y es ciue de la Ciencia y de la L i bertad se hizo dioses expulsando a D i o s y no hay Ciencia ni Libertad sin Dios. Es evidente que, al paso que van las cosas, dentro de poco media E s p a ñ a tendrá que mantener a la otra mitad. Entre los parásitos que lo son por vocación, los obreros parados y los postulantes de todas layas y cataduras que nos asaltan en. la vía pública suman un contingente humano que es para preocupar. Y como l a relación de la delincuencia ocasional con la miseria es un hecho que nadie pone en duda, se explica el incremento, de todas las formas del bandolerismo en nuestro país. Pero ¿está seg u r ó el Gobierno de que ese mal sea conjurable por procedimientos coercitivos? ¿N o habría que simultanearlos con medidas de previsión económica, en que, a la cuenta, no piensa nadie? N o se- va contra la verdad afirmando que desde el advenimiento del régimen España ha perdido una gran parte de su riqueza. H a y quien calcula ese quebranto en un 4 0 por 100. E l Gobierno, con su política insensata, lo ha deshecho todo. H a herido todos los intereses y ha lastimado a todas las conciencias. Y como el dinero circulante ha disminuido por la evasión, por la desconfianza y por el marasmo mercantil, el país ha visto con espanto cómo crecía el parasitismo en todas sus variedades. A l Gobierno se le podría perdonar su sectarismo en ciertas materias, porque, al fin, esa política dañosa para ciertos intereses deja intactas las reservas de fe de las gentes en algo que está, por encima de lo terrenal. De lo que no se le puede absolver es de su incompetencia y de su desaprensión. S i fuéramos a examinar todos los desatinos que le han sido imputados con pruebas a la vista, este comentario mío vendría a tener las dimensiones de uno de esos discursos con que Marcelino Domingo demuestra, por lo menos semanalmente, que el verbo puede ser el medio de expresión del vacío. Pero, obligado a vegetar, por la fuerza de las circunstancias, entre el descrédito y el desenfado, el Gobierno procura hacerlos compatibles para que sepa el país en qué manos ha caído la dirección de los negocios públicos. Y así vamos tirando, porque al Si A z a ñ a se le ha metido en lo más hondo de la vanidad que si él desapareciese del banco azul el régimen entraría en su período agónico. L a ley de Vagos, m á s que un elemento de previsión contra los peligros de una delincuencia eventual provocada por la miseria o el desamor del trabajo, es un arma que el Gobierno ha forjado pensando en la estabilidad del régimen. Porque aquí puede desaparecer todo menos eso. E l Sr. Maciá y la esquerra pueden entrar a saco en el E r a r i o nacional, humillando nuestra dignidad con amenazas que prestan a sus pretensiones el carácter despreciable del chantaje. L o s diputados son dueños de desertar su deber, sin quebranto de sus emolumentos. É n Andalucía y Extremadura la propiedad privada puede conocer todas las dramáticas peripecias del saqueo a mano armada. Todo eso, aun preocupándole al Gobierno, le desvela menos que el riesgo de que se desmorone el régimen... ¡A h s í! L o primero es la República; luego, la P a tria y sus ciudadanos... í MANUEL BUENO Vicios P f c D E A

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