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ABC SEVILLA 08-09-1933 página 14
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ABC SEVILLA 08-09-1933 página 14

  • EdiciónABC, SEVILLA
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dignidad, oponerse a sus furores. Pero l a pala Humanidad completamente inerme ante 1o grotesco de las resoluciones heroicas, l o sión es la más elevada temperatura del alma, la furia dé sus deseos? Nosotros, vecinos risible de las actitudes exaltadas. y en esa temperatura suelen fraguar precide la urbe, acostumbrados a dominar toSe le ha reprochado al teatro de Chiarelsamente todas las grandes audacias y los dos los impulsos de. l a materia, y cuando l i mejor dicho, al grottesco, de ser una. heroísmos magníficas. S i la pasión no se luí- no a empujarlos por cauces razonables, creación puramente intelectual y literaria, biera hecho obedecer algunas veces, l a hiscomprendemos difícilmente que dos hom un juego gracioso y original que nos aletoria de la Humanidad sería menos honrosa bres se maten por una mujer. L a civilizaja, sin embargo, de la verdadera realidad de y. menos brillante. Nadie se juega el todo ción nos ha preservado de ese peligro, y la vida, -cuya síntesis artística debe ser obpor. el todo más que en una hora de pasión, si por obra del azar la traición femenina jeto primordial de l a obra d r a m á t i c a y jugarse el todo por el todo es proclamar da al traste con nuestra fe en el amor opN o participamos, ciertamente, de esta altivamente que el amor de una mujer, el tamos entre el desprecio- cortés o l a indifeopinión, porque entendemos que el teatro no triunfo de una idea o el prestigio de una rencia, que es la medula del olvido. Pero puede ser como una fotografía animada de bandera valen más que la monótona sucesión la gente del pueblo no admite que la razón la vida, aunque uno de los apotegmas de él de sensaciones elementales que componen liquide sus pleitos sentimentales. E s v i n- sea Specuhim vifae... una vida. dicativo y se toma la justicia por su mano. N o se puede negar que el grottesco italiaHarto claro se ve eso en Bodas de sangre. Pero la pasión no es una conquista del esno no sea puro teatro para divertir; acaso Aquellos dos hombres se lo van a jugar píritu, sino un privilegio. N o se adquiere lael verdadero teatro, el de m á s sentido y efitodo por la posesión. de una mujer que, loboriosamente, como la riqueza, por el ahociencia teatral. Aquel que bien puede poner grada por el uno o por el otro, tal vez les en su frontispicio el otro apotegma: Castirro, sino que se revela de pronto, como se causase poco después una íuczcla- de tedio descubre una mina. Q u c se puede vencer? gat ridcndo inores... con legítimo derecho. y náusea, como suele ocurrirle al hombre Sí. L a moral y l a religión nos ofrecen fórLa máscara y el rostro- -de las piezas mecuando llega a la- piel de una mujer al tramulas para amortiguar sus efectos. Pero jor logradas de Chiarelli- -es perfecta en vés de la sangre de un rival... esas fórmulas no son- infalibles. E l dominarcuanto a desarrollo y técnica teatral; técnise en esas circunstancias es un éxito de H a y que agradecer al poeta el habernosca clásica, de rancia ejecutoria, además. N o nuestro orgullo, pero quien no conozca la hecho pasar por todas las emociones de la busca Chiarelli, n i ha buscado nunca, efecvoluptuosidad que. hay en ser arrollarlo, por pasión dentro de los limites. estrictos de lo tos escenográficos extraordinarios, ni t r u la pasión pasará por- la tierra sin haber pareal, y hay que felicitarse también de que eos modernos, ni arbitrariedades. Como dijo, ladeado uno- de los- alcoholes más fuertes y una gran actriz como Josefina Díaz de A r- a raíz de su estreno, con mucha razón cierto deliciosos de que dispone l a Naturaleza. tigas haya puesto el. copioso caudal de su critico, es un teatro más nuevo por dentro E l Sr. García L o r c a no h a escrito su obra sensibilidad en un empeño dramático apaque por fuera sobre reminiscencias literarias. Aunque otros rentemente secundario, puesto que no la Para los españoles tiene cierto interés otra dramaturgos le hayan precedido, de Esquilo obliga a levantar l a voz sobre su tono norcomedia de Chiarelli, no tan lograda, traa D Annunzio, el poeta español, nos habla mal, pero que a mí me parece Ja clave de ducida también al castellano con el título con acento propio. Y a el Romancero gitala obra. Aquella, mujercita morena y tacide La divina ficción. E l interés estriba simno arrastra en sus estrofas las pepitas- de turna, agitada por todos los tumultos de plemente en los puntos de contacto que tieoro que debía utilizar el poeta m á s tarde, un temperamento que el silencio apenas ne con Los intereses creados, que nos hace para acuñar la. moneda que ahora nos ofreconsigue reprimir, define con patética socolumbrar un punto ignorado, común... ce. Esos gérmenes de l a obra futura no son briedad l a eterna servidumbre de la carne ¿Ben Jhonsonf) hallazgos dé psicólogo, sino intuiciones gefemenina al yugo de la pasión que la lleva Chiarelli coloca a Chispín en nuestros niales, m á s certeras frecuentemente que ios de un cuadrante sentimental al opuesto, sin días. E s desde luego, menos charlatán, meresultados de la experiencia. García Lorca un gesto de protesta o de rebeldía de su nos embustero, menos trapisondista que el se identifica con. el pueblo, que es todo p a- parte. Mimí A g u g l i a no estuvo nunca nías genial personaje benaventiano. sión. Su cultura libresca, no sólo no interinspirada en circunstancias análogas. Además, el personaje chiarelliano, m á s viene para nada en Bodas de sangre, sino que engañar, deja que los demás se engaque hasta el desorden con que engranan los MANUEL B U E N O ñen con las apariencias. episodio- s de la obra parece demostrar que la Si Scaramanzia no es exactamente Crisgeometría escénica estorba al. poeta. Todo pín, aunque lo parece, su afflo Gerardo de en él es instintivo y espontáneo, como f i MASCARA E X Ó T I C A Jerssay no es tampoco Leandro, el Leandro los brotes de su sensibilidad personal parde Benayente. Este es m á s franco, m á s tiesen del árbol popular. Todo fluye de su Luigi Chiarelli o el grottesco noble; si se quiere, hasta víctima de las numen con el ímpetu con que sale la lava circunstancias. del volcán. ¿C ó m o puede dejarnos indifeChiarelli en esta obra, como Benavente moderno rente aquella tempestad de fatalidades que Es el autor de La máscara y el rostro el en su comedia, nos muestra que en la vida desata l a muerte desde l a región misteriosa representante de una. tendencia teatral eu- lo que priva es el egoísmo y el interés que en que se forja nuestro destino sobre unos se ha sabido crear o despertar a los demás. ropea, presente y nueva, aunque no falta pobres seres, que andan por l a vida con el E n una y otra se advierte cuan difícil es a quien l a considere originaria de Rusia, que corazón al descubierto? Todavía, en l a tralas veces separar la realidad de la ficción, se puede definir, como ya he dicho en otra gedia griega, nuestra emoción encuentra que casi siempre se diría que llegan a idenocasión, diciendo que es la expresividad forun freno en el respeto a l a voluntad de los tificarse y confundirse. mal de la comicidad del dolor y de la amardioses, que se sirven de nosotros para sus Con todo, el teatro de Chiarelli, no muy gura de lo cómico. fines, y que nos llevan de l a esperanza a la abundante por cierto, resplandecen en esta Esta tendencia, vieja como el teatro, pero decepción y del. placer al dolor, porque su. obra cualidades notables, que le caracterizan. rejuvenecida, es la que suele caracterizar omnipotencia, se hace ostensible a costa de Soltura y naturalidad en el diálogo, ordeuna parte del teatro de Achard, en Francia; nuestra pequenez. E l público ateniense denación lógica de las escenas, graciosa y l i de Kadelburg, en Alemania; de Arniches, bía asistir a aquel espectáculo con m á s tegera pintura de tipos y ambientes... Teatro rror que compasión por las víctimas de los en España, y de Chiarelli, en Italia. ligero, pero substancial hados. Pero las. fatalidades que zarandean a La máscara y el rostro es una pieza típiY todo dentro de las formas m á s perfec ¡os míseros campesinos que nos pinta Garca de este género, en el que persiste x o n tas, m á s normales. U n sordo que presenciacía Lorca son de índole humana. Nacen reiteración Chiarelli a lo largo de toda su se una representación de u ñ a comedia de del deseo, de la ilusión y de l a voluptuosi- obra. Chiarelli no pensaría, a buen seguro, que esdad inherentes al amor. Son reflejos de Esta comedia, estrenada en 1916- -antes taba frente a- uno de los más modernos aunuestra naturaleza. N o es posible, pues, -que de que Pirandello pensase- escribir para el tores contemporáneos. nos dejen fríos, como si se tratase de algo teatro, con lo que quedan de una vez desY sin embargo, así es. L u i g i Chiarelli que está ocurriendo en l a Lunavirtuadas en absoluto las objecciones que se con Enrico CavacchioH y L u i g i Antone li Quiza se le pueda reprochar al poeta el han hecho a esta obra, demasiado a la l i- son los tres autores italianos que, no solaqué diluye, en algún momento, l a substangera- de. -influencia pirr. ndc liana- -fué dada mente han preconizado simpre el grottesco, cia vital de la tragedia en un océano lírico a conocer por la compañía que trajo V e r a sino que incluso han dado a este novísimo que apaga con el oleaje de la retórica l a Vergani en 1923, y luego traducida por Le- género teatral una aureola y una popularir llama de la pasión que está consuniielido pina y Tedeschí, y representada por E n r i dad extraordinarias. Estos tres iniciaron- aquellos corazones. T a l vez fuese más conque de Rosas. hace ya algún tiempo, una. violenta lucha veniente para la claridad d e- l a obra que L a peculiaridad del grottesco consiste en. contra el drama burgués, contra l a habitual los elementos simbólicos que concurren a que hace; reír precisamente con los elemencomedia ñoña v llevaron a l a escena una solemnizarla apareciesen m á s discretamentos más serios, con aquéllos con los. que alegría y un humor no desprovistos de cierte. Pero en ese caso: la complicidad de esos muchas veces se hace llorar... ta hondura, filosófica: Chiarelli lo hizo poelementos en l a tragedia resaltaría menos E l honor, la muerte, el adulterio, todo eso, niendo de manifiesto l a humanidad que se exagerando el automatismo pasional de los tan grave y tan. serio, tan trascendental en oculta bajo la máscara de los m á s viejos y personajes, con evidente daño de la bellela vida, que a cualquier otro autor le moeternos sentimientos del mundo. CavacchioH za estética de la obra. Ambos puntos de. visvería a escribir y pensar u n drama, una echó mano de los mejores recursos futurista son defendibles. De todas suertes, el efectragedia, una comedia sentimental, a Chiatas, y Antoiielli, más poeta que los cíes anto total que se preponía conseguir c i poerelli le inspira una irónica conipasióir y con teriores, se valió del- mundo irreal y faii ta está, en mí sentir, plenamente, logrado. todo eso- urde un grottesco que hace r e í r tástico, ¿N o quiso presentarnos a u n a fracción de E l siempre ve el lado cómico de la vida, E. E S T E V E Z- O R T E G A r. nrn. T, ffT: -i ir: -inilnamn uwun F- PTT r rn ¡i ii niinniTHi Tnrmr yri wr -MVJiaiiniFiBiBngiTT T ir i h; rniani in! l ¡i itHKí nTr ¡nn riII

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