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ABC SEVILLA 07-11-1933 página 43
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ABC SEVILLA 07-11-1933 página 43

  • EdiciónABC, SEVILLA
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FÚTBOL. PRIMERA DIVISIÓN E N SUS PRIMERAS SALIDAS E L A T H L E T 1 C DE BILBAO Y E L MADRID, D E ESPAÑA, CAMPEÓN Y EL SUBCAMPEON GUIERON SOLO CONSI- DI F I L E S E M P A T E S C O N T R A VALENCIA Y E L ARENAS U n a aplastante derrota del Barcelona en O v i e d o a la que puede hallarse alguna justificación Resultados de la primera división Arenas Club- Madrid Oviedo F C -F C. Barcelona Betis Balompié- Racing Club. Club Deportivo Español- Donostia ¡Valencia F C. -Athletic Bilbao Clasificación J. 3- 3 7- 3 2- 1 4- c 2 a. E p. g. c. P. Español Oviedo Betis Madrid A Bilbao Arenas Valencia. Racing Barcelona Donostia 1 10040 1 10073 11oo21 1o1o33 1o1o22 1oIo22 I 1 10 22 1oo1 12 1oo137 10010- 4 2 2 2 1 1 1 1 0 o 0 B e t i s 2 R a c i n g de Santander, 1 L a jornada inaugural del torneo liguista o liguero, por lo que respecta a la discusión acaecida sobre el campo del Patronato Obrero, ha carecido de relieve. Los dos equipos en pugna practicaron l a técnica opaca e i n sulsa del forcejeo, buena cuando se trata de jugar al tira y afloja, pero detestable para aplicada a l fútbol, donde la brillantez y la alegría son cuna de l a belleza que entusiasma. N o pasará a la historia el encuentro Betis- Raeing, con que se inauguraron las Jareas. de la L i g a en tos campos sevillanos. De todos modos, los nuestros, merced al trabajo de algunos elementos, que pusieron su voluntad y su experiencia al servicio de los colores que visten, fueron mejores y merecieron 3 a victoria. Pero el triunfo debió ser más tanteado, toda vez que el equipó montañés sufrió el agobio de una dominación constante. Faltaron en la formación bétka interiores de vanguardia que supiesen colaborar con Unamuno, infatigable golpeador de la defensa adversaria; faltó el extremo izquierda, quien en muchas ocasiones pudo acercarse a l a meta para tirar a bocajarro, aunque para él fuese más cómodo y menos arriesgado soltar la pelota, desde su banda faltaron medios alas sobre los que flexionasen las piezas del mecanismo alimentador; faltó, en fin, l a mitad derecha del artificio defen 5 orden de formación. Las lesiones de Peral y Roberto son las que mandan en estos cambios, y contra la adveEsidad no hay lucha posible. Creemos que la experiencia del domingo servirá para que se produzca la rectificación oportuna. Después de todo, nada se perdió, si no fueron los bostezos de los aficionados, quienes no deben impresionarse demasiado por estos titubeos, propios del comienzo de toda competición. Y ya que hemos mentado cuanto fué adverso para la brillantez del tono con que el Betis se produjo, citaremos lo bueno y lo magnífico. E n la primera designación encaja Aed- o, zaguero sobrio, que poco a poco va adelantando camino hasta haberse colocado en cabeza, respecto de su compañero de pareja. T i m i m i es otro de los que se salvan: ía j u gada más brillante, de índole personal, a su cargo estuvo. ¡Ahí fué nada, burlar a todas las líneas adversarias para acercarse a l a meta montañesa y disparar aquel formidable cañonazo, milagrosamente detenido por M i e r a! Además, centrando estuvo bien toda la tarde. De Unamunoi ya hicimos mérito. Y entre lo excelentísimo, contemos a Soladrero, quien compuso por sí solo una línea intermedia. E s realmente desconcertante el caso de Soladrero. E n la ausencia de medios alas que merezcan el nombre de tales, suple la deficiencia hasta determinar un constante asedio sobre la puerta enemiga, y otras veces, con eficaces colaboradores, se inhibe para descansar indolentemente sobre el juego calificado de sus compañeros. Urquiaga hubo de intervenir pocas veces, pero en una de ellas detuvo un tiro de L o redo, con maestría y arte tales como pueda tener el más experto de los guardapuertas. Magnífica jugada que ovacionó calurosamente el respetable Como verán los que hasta el final leyeren, en la alineación del Racing santanderino faltan nombres de muchos destacados elemetos de los que más fama dieron al Club. Estas renovaciones necesarias producen generalmente alguna desorientación, y quizás por eso y por la baja eventual de Baragaño, lesionado el disputar un balón a Unamuno, el Racing navegase un tanto a la deriva, sin poder contrarrestar el impulso que. un Soladrero solo diera a su hueste, dominadora- -repetimos- -siernpre. N o muy bien articulado anduvo el Racing de medios hacia atrás, y la defensa se tapó por cuenta ajena con ía torpeza de los tiradores héticos. E l adelante fué otra cosa, LEA USTED si bien como estaba pésimamente alimentado, pocas ocasiones tuvo de lucir su destreza en el juego trabado, como en el tiro a goal. E n los contados asaltos que pudieron producir, acusaron los delanteros racingistas rapidez, buena concepción de combinaciones y mejor ejecución del pase. Como tirador destacó Loredo. E l portero tuvo de todo. A seguida de cualquier buena intervención, el fallo y el consiguiente compromiso, salvado más de una vez por los palos de la portería. Y está dicho todo io interesante. Frente a un Betis de juego menos que mediano un. Racing que no debe ser, ni mucho menos, el que tan resonantes triunfos se adjudicó durante el torneo limitado de su región. Juego deslabazado de ambas formaciones, pero la hética, apoyada en su gran medio centro, dueña de la iniciativa. Forcejee i n sulso a toda hora. U n goal del Betis a! m i nuto de comenzada la- discusión, obra de Unamuno al rematar un estupendo centro de T i m i m i Empate a los diez minutos, al cruzar Bombo un tiro que roo hubiese podido producirse si Adolfo II y A r e z o no fallan el despeje. Y tanto de la victoria logrado por Manolín inesperadamente, empujando la pelota hacia l a red, con inhibición de M i e r a y de su defensa. Después, como antes, aburrimiento. De no ser por la jugada personal, de T i m i m i y por la magnífica parada de Urquiaga no hubiésemos tenido ocasión de aplaudir. Podíamos, sin embargo, habernos dedicado a chillar al Sr. Iglesias, el Navegante máximo del encuentro. -A N T O N I O O L MEDO. Alineaciones. Betis: U r q u i a g a Arezo y Aedo; -Adolfo II, Soladrero y Adolfito; T i mimi, Saro, Unamuno, Lecue y Manolín. R a c i n g M i e r a Ceballos y Gurruchaga; Hernández, Baragaño y García; Santi, L o redo, Télete, Ruiz y Pombo. A r e n a s 3; M a d r i d 3 Bilbao ó. N o es fácil que un equipo encuentre, como el Madrid, mayores facilidades para vencer. Y no es fácil, porque si algo ha hecho el Arenas en el primer tiempo ha sido facilitar las- posibilidades del Madrid. Lejos de ser un enemigo, parecía más bien un aliado. No, es el Arenas equipo de fútbol brillante e inteligente; característicamente bien acusado en él Madrid. N o E l juego del Arenas es mucho más simple, más sobrio. Y si un día esa simpleza, esa sobriedad no hallan colaboración en la natural fogosidad del Arenas, ¿qué queda del Arenas? ¿Qué era el equipo rojinegro en el primer tiempo? Menos que nada. Desorientado por l a superior inteligencia del Madrid, desarticulado totalmente por l a negativa labor de algunos de sus jugadores, sin fortuna en los escasos momentos en que so jugaba con alguna idea, el Arenas quedaba a merced del Madrid. Parecía lógicamente que el M a d r i d acabaría por arrollar al Arenas, aplastarlo más bien. S i n embargo no fué así, no debía ser así. A pesar de que el Madrid superó netamente al Arenas en ese primer tiempo, de que fué él el único que hizo fútbol, salvo en algunos avances magníficos de sus delanteros, su labor no acusó el relieve que todos esperábamos de él. P o r la desafortunada actuación del Arenas sobresalió más la del Madrid. Después, cuando el Arenas entró en juego, cuándo iba superándose a cada momento, el M a d r i d acabó por desdibujarse de tal forma, que si alguno tenía posibilidades de vencer era el sivo. Así, frente a la pobreza del conjunto montañés, se debatió la mediocridad de l a hueste hética, con un rendimiento anormal, aunque superior siempre al de los rivales. Y hablamos de anormalidad del efecto útil, porque las pieaas del rompecabezas blanquiverde- -algunas, por lo menos- colocadas conforme indica el modelo- -léase en sus puestos habituales- -son suficientes a la composición de un bello cromo. Nadie, sin embargo, más que la suerte, tiene culpa del. BLANCO Y NEGRO

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