Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC SEVILLA 09-11-1933 página 17
ABC SEVILLA 09-11-1933 página 17
Ir a detalle de periódico

ABC SEVILLA 09-11-1933 página 17

  • EdiciónABC, SEVILLA
  • Página17
Más información

Descripción

A B C. J U E V E S g DE NOVIEMBRE DE 1933. E D I C I Ó N D E A N D A L U C Í A PAG. ij L a estadística de que nos servimos, rigurosamente exacta, arroja aún dos nuevos conventos incendiados en Murcia, el de Franciscanos y el de las Isabelas. E n total, ardieron en España en aquella jornada republicana 54 templos y fueron asaltados y saqueados, 76. Y a sería bastante la aterradora elocuencia de estas cifras para justificar la inextinguible huella de dolor acerbo y recóndito que conservan los católicos españoles desde entonces. Pero no hirió solamente el sentimiento católico del país aquella jornada de vergonzosa impunidad. Todos los españoles, ajenos a la tenebrosa confabulación dominante a la sazón, sintieron el trallazo de aquella pavorosa hazaña y la vergüenza y el dolor que dentro y fuera del país habría forzosamente de producir. E s de aquí, de esta fecha del 11 de mayo, de donde arranca el vacío que acompañó durante el bienio maldito a los hombres de la República. Porque en la repulsa a todo lo ocurrido, heraldo de lo que tendría que ocurrir, coincidieron hombres de todas las ideas y de todas las clases sociales. Fué éste, a no dudarlo, el primero de los tantos aglutinantes que en el transcurso de dos años y medio iba a ofrecernos el nuevo régimen a cuantos permanecimos fieles a la tradición española y aun a los que creyeron de buena fe, en u n principio, en la posibilidad dé una adaptación. Quemar y destruir iglesias con el propósito de extinguir el sentimiento religioso de un pueblo, es vandálico y criminal, por lo que tiene de profanación y de sacrilegio en la Casa de D i o s pero es torpe y necio, de una ingenua estupidez, por lo que respecta a la eficacia de l a finalidad perseguida; pero cuando a l sacrilegio y a la profanación- -heridas que aún sangran en el corazón de todo español creyente- -se unen l a destrucción de monumentos nacionales, de obras de arte, de bibliotecas, de laboratorios, de M u seos, de todo, en suma, lo que es parte esencial y valiosísima del patrimonio artístico, histórico y bibliográfico de l a nación española y de su cultura, que no nos pertenece, porque tanto como de nosotros es de los pueblos hispanos, diseminados por todos los continentes, ¡a h í entonces l a fe y la razón se aunan fuertemente, y en l a protesta convergen hombres de todas las latitudes del pensamiento. E s t o ocurrió el 11 de mayo fatídico, fecha histórica, en l a que, con iglesias y conventos, bibliotecas y Museos, quemó el nuevo régimen sus naves y abrió el surco profundo que habría en lo sucesivo de separar a los españoles rompiendo la solidaridad espiritual de la nación. P a r a que nuestras palabras vayan avaladas con los datos rigurosmente exctos de las estadísticas, a éstas vamos a acudir nuevamente. V e a n los lectores lo que supuso, en el orden cultural la quema de los conventos, en l a siguiente relación de monumentos, esculturas, pinturas, libros y material de enseñanza, hechos cenizas por la barbarie del i r de mayo: Arquitectura. -Cádiz: convento de Santo Domingo (estilo barroco, siglo x v n) Sev i l l a capilla de San José (monumento nacional del siglo x v n) Málaga: iglesia de San Pablo (estilo gótico, siglo x v r) Córdoba convento de San Cayetano (estilo grecorromano, siglo x v i i) Escultura. E n Sevilla: U n a imagen de Santa A n a de Martínez Montañés, y otra de San José, anónima, del siglo x v i l E n Cádiz, la sillería del coro, del siglo x v n y la V i r g e n del Rosario, escuela de Montañés. E n Málaga, diecisiete imágenes de Pedro Mena. E n Murcia, varias tallas barrocas, de Julián Hernández, y la Purísima, de Salziílo. E n Valencia, E l Descendimiento y Ecce- Homo de Vergara. Pintura. E n M a d r i d Retrato de San Ignacio, por Sánchez Coello, y unas valiosas tablas mejicanas del siglo x v n E n Córdoba, las pinturas murales de la Mezquita y de l a iglesia de San Cayetano. E n Cádiz, una imagen de Santa Catalina, de Siena, del siglo X V I I I E n Málaga, dos lienzos de A l o n so Cano, uno de Manrique de L a r a los tradicionales lienzos de San Felipe, de T i z i a 110, y dos lienzos de Niño, de Guevara. E n Murcia, varios lienzos de Dorado, de Joaquín Campos y Mateo Gilarte. E n Valencia, dos obras de Ribalta y Vicente López. Bibliotecas. E n M a d r i d Desaparecieron 135.000 volúmenes, entre las magníficas b i bliotecas de los Jesuítas, de la Flor y de Areneros y el Colegio de Maravillas. H e chos pavesas quedaron valiosísimos incunables en español. E n Valencia ardieron el A r c h i v o de Santo Tomás, de 1.550, y la Biblioteca, con 10.000 volúmenes. Objetos sagrados y de valor histórico. Las estadísticas son tan voluminosas, que renunciamos a transcribirlas. Y a se comprende cuántos de estos objetos no habrán desaparecido en los incendios. Bastemos recordar los restos mortales de San Franciscisco de B o r j a y del padre Laínez, teólogo de Trento; las reliquias de San Francisco Javier y de Santo Tomás de Villanueva; la colección de antigüedades del Palacio Episcopal de Málaga; las coronas del Pilar y de San José, de Valencia, etc. etc. E n orden a los centros de estudios y de investigación y al material de enseñanza, las pérdidas fueron tan cuantiosas e inapreciables que aún no se han podido ultimar las estadísticas. Sólo con enunciar los centros desaparecidos podrá apreciarse la magnitud de la catástrofe: E l Instituto de Artes y Oficios de los Jesuítas de Areneros, con sus laboratorios de Biología y sus célebres ficheros de investigación histórica del- padre V i l l a d a el Museo de Mineralogía, del Colegio de Maravillas, de Madrid, uno de los más importantes del mundo, y sus laboratorios de Psicología experimental, QuímL i, Física y Botánica; el gabinete de Historia Natural y el laboratorio de Física de los Maristas, de Málaga, y tantos otros, que harían interminable esta relación. El volumen de la pérdida irreparable que representó para la cultura española l a repugnante jornada del 11 de mayo está reflejada en las líneas precedentes. Esto en 10 que se refiere al orden material. E n 1? moral alcanzó aún proporciones más aterradoras en España y más allá de las fronteras. Porque no hay que olvidar que aquellas complicidades que se agenció el nuevo régimen a su advenimiento dieron a su instauración- -sobré todo en el extranjero- -una apariencia intelectual que no por socorrida y decantada dejó de surtir sus efectos. L a salvaje acometida del 11 de mayo, consentida desde las alturas, dio la tónica, real y efectiva, de l a situación española, que quedó al desnudo, libre de prejuicios y de falsas i n terpretaciones, ante l a conciencia universal. Y aquí terminarían estas líneas si no tu- viéramos que añadir para que el relato del 11 de mayo no quede incompleto, que la furia de los incendiarios no se extinguió, por insaciable, con el mes ya histórico. Aquello del 11 fué impulso inicial; luego, aunque aislada y misteriosamente, continuó periódicamente el incendio de iglesias y conventos a todo lo largo del bienio inolvidable. Puede afirmarse que los templos incendiados en España, a partir del r i de mayo, alcanzaron la cifra de 180, y aún no se sabe de ningún incendiario que haya comparecido ante los jueces. Todos los días, como una atormentadora pesadilla, el ciudadano español sabía qué templo de su fe y de su devoción había sido incendiado la noche anterior. Así hemos vivido los españoles dos años y medio, viendo cómo gemía la Patria bajo el furor y laj impunidad de incendiarios y forajidos. ¡D u r a y triste lección, para olvidarla! AUTORIZADAS M A N I FESTACIONES SOBRE UN MOVIMIENTO R E VOLUCIONARIO No es creíble que ningún, partido seriamente interesado en las elecciones quiera evitarlas, ni aun dificultarlas; -y a ninguna ha de ocultársele que es imposible retirar, la convocatoria, e imposible también aplazarlas, por las fechas que impone la Constitución. Otra cosa es que haya interés en cambiar estado y corrientes de la opinión, procurar el retraimiento, debilitación o desánimo de alguna fuerza electoral, no en las vías de hecho, sino con las coacciones oratorias y con la siembra de augurios y alarmas. Este efecto dependerá, más que de quienes lo busquen por tan burdo procedimiento, de la torpe credulidad o de la medrosidad enfermiza de los electores que se allanen a la sugestión y que tampoco serán muchos. La intimidación está cantada y comentada; se ha hecho notar en las predicaciones de estos días; va contra las luchas, a las que se quiere paralizar o atraer a otros grupos, y se ha visto, que no sirve de nada, pues cada día es mayor el entusiasmo por. la coalición anturevolucionaria y crece de un modo arrottador el concurso que le presta el país. Para el partido socialista es una cuestión de vida o muerte la próxima lucha, de la que, necesita sacar todo lo que puede y está demostrando su interés con. la intensidad- de sus trabajos electorales. No es dudoso que, eñ Sr. Largo Caballero, equivocadamente, acusado de conspiración en las informaciones oficiosas, aproveche como cualquier otro, militante de urna política declaradamente revolucionaria, todas las ocasiones y todos los, medios de forjar una organización y un arma de combate para su partido; pero na acertamos a relacionar, con la celebración de las elecciones, la catequización sindical de sargentos y cabos y los anuncios oficiosos de complot. De todas maneras, el complot, más o menos authtfffCo y con cualquiera finalidad concreta o eventual e indeterminada, próxima o remota, que se le atribuya, no tiene traza estimable, y el Gobierno que lo denuncia le niega toda importancia y lo decía- ra abortado, además de asegurar tan rotundamente, como es su deber, la garantía de las elecciones. Por consiguiente, no es cosa de que nadie se intranquilice, ni de que el más pusilánime ciudadano se asuste cuando le digan que su voto es la revolución y que el Sr. Largo Caballero le va a meter un brazo por una manga. Ordenes a los capitanes generales y a los g o b e r n a dores civiles U n a declaración significativa del presidente del Consejo Madrid 8. A l terminar el Consejo de ministros de ayer, después de cuatro horas de deliberación, el jefe del Gobierno, señor Martínez Barrios, leyó a los periodistas la siguiente nota escrita por él personalmeute:

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.