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12/08/1936
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Periódico ABC SEVILLA 12-08-1936, portada

  • EdiciónABC, SEVILLA
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MADRID- SEVILLÁ 12 D E A G O S T O D E 3 9 36 NUMERO S U E L T O 15 C E N T S R E D A C C I Ó N P R A D O D E SAN S E B A S T I A N SUSCRIPCIONES S ANTOOIOS, DIARIO DO. ILUSTRATRIGÉ 10.359 AÑO SIMO SEGUNDO. NUMERO V T 3 X A Z Q D E Z 12, SBV 1 X 0 LA EL DE DÍA D E L A N U E V O BAJO RGEN EL D E- LOS R E Y E S FLAMEARA BANDERA SOL L A GLORIOSA ROÍA Y G U A L D A Sevilla al día A la hora de borrar todas las cosas sucias escritas a lo largo de estos cinco años mortales por la plebe que ha mancillado al país, no era licito ni posible conservar manchada la- enseña de la Patria, que ellos pusieron perdiíta el mismo 14 de abril, como si les corriera prisa el desenmascararse, enmascarando a la bandera, a los ojos de los tontos que de buena fe- -creyendo que el régimen iría a pianos de personas decentes- -acababa de votar por la República. No simbolizaba, no, el morado, el emblema de Castilla, sino los golpes morales y materiales que pronto había de descargar aquella chus? na sobre la nación y los buenos patriotas. Gracias a los directores del movimiento salvador y honrado a que estamos, asistiendo, la bandera española vuelve a ser como era: roja y amarilla, tal como nos hizo vibrar en acendrado amor. y emoción vivísima, así en las alegrías como en los duelos patrios. Ya no es necesario rescatar sus colores en el sagrado del hogar o en el más recóndito departamento de la cartera: ellos van a lucir de nuevo, con firmeza de matices que resistirá los ardores de nuestro sol- -que sólo combatió, indignado, el brochazo de lo postizo- -a la vista de todos. El pabellón amado proclamará de nuevo, ondeando triunfal en los edificios, que por fin hemos vuelto a España, y hará más intensa, con la solera gloriosa de sus evocaciones, el paso de esos soldados que por España luchan y que pronto, desfilarán bajo nuestros balcones de regreso de la definitiva victoria sobre la canalla que proscribió como im prurito de subversión el grito sagrado de ¡Viva España! Los partes de guerra, que nos comunicaron entre otras cosas buenas la toma de Metida, fueron en el día dé ayer mía nueva inyección de optimismo. Las columnas avanzan y mientras procuramos atender las necesidades aéreas. Dicen que en Tablada tenemos a estas horas algunos aparatitos muy estimables... El bizarro general Queipo de Llano vio premiado el largo esfuerzo que, con olvido abnegado de sus más caros sentimientos, venía realizando en aras de la Patria. Dios -ie ha devuelto sanos y salvo, s a los suyos, milagrosamente liberados de una de las más negras simas con que la inhumana crueldad de los marxistas tiene penetrado el sangrante corazón de la Patria. -SIMPUCJSÍjko, Después de la toma de Constantina Nos contaba una persona de orden de Constantina que el día que estalló el movimiento había recibido por la mañana un anónimo exigiéndole la entrega de diez mil pesetas, que depositaría en un lugar de los alrededores del pueblo. Puso el hecho en conocimiento del sargento de la Guardia civil, y éste le dijo que montaría el servicio para capturar a los autores del anónimo. Y a se disponía la persona amenazada a salir de su casa por la tarde para simular el depósito de la cantidad exigida cuando estalló el movimiento. Y ello le libró de hacer entrega alguna, pues no se volvieron a ocupar de él. Bien es verdad que estuvo detenido y pasó días amargos, pero pudo recobrar la libertad. E n Constantina había cinco sacerdotes. Tres fueron muertos y a dos se les perdonó la vida. Fueron los favorecidos uno que está encorvado por el peso de los años y que salía poco de su casa, y otro que tenía en el pueblo fama de dadivoso y amigo de los pobres. También fueron respetadas las religiosas que cuidan del convento de la Doctrina Cristiana. Este convenio fué el que utilizaron los rojos para almacén de víveres y de tabacos. Cuando se tomó el pueblo de Constantina los vecinos no se entregaron de una manera enfervorizada a manifestaciones de entusia; rao, sino en limitado número. Muchas caras permanecían cerradas. Llamaban los soldados a grandes voces y con la? culatas de los fusiles. Las casas continuaban cerradas. A l fin, a fuerza de hachazos cedían las puertas, y entonces, sólo entonces, salían unos hombres de aspecto campesino, con los brazos en alto, gritando: -i Viva España! -B i e n viva España, pero vamos a registrar la casa. -A q u í no hay armas ningunas Y efectivamente, los registros no eran infructuosos. Se encontraban las escopetas, que no estaban bien escondidas, tal vez por- que no les do itiempo para ello. i Cuando en el Ayuntamiento estaban los presos que habían sido libertados y otras personas de buena conducta del pueblo, iban entrando los vecinos detenidos en la calle. Y era el pueblo el que iba catalogando a Jos detenidos, por si tenían o no cuentas que rendir a l a Justicia. Y seguidamente pasaban a prestar declaración. Los que habían estado presos, los compañeros de los que habían sido fusilados en días anteriores, se mostraban en algmos casos propicios á la benevolencia. ¡Ellos que habían estado sentenciados a mueríe. L o s vales que daban los rojos servían para víveres y también para municiones. Y estaban sellados por comunistas, socialistas, U G T y anarco- sindicaliatas. A l gunos vales tenían también otros sellos de partidos de izquierdas, lo que no se comprende, porque entre las personas fusiladas por los rojos figuraban elementos republicanos de izquierda. Y es que, seguramente para los rojos, no había otro matiz distintivo que tener o no corbata. ¡Constantina ha sido el pueblo que mas ha alentado y sostenido el levantamiento de los pueblos cercanos. A s í se ha dado el caso de que el pueblo de Villanueva de las Minas no tuviera deseos de ir a la lucha. Pro llegaban los camiones de Constantina, llenos de elementos rojos y forzaban a los mineros a mantenerse en rebeldía. L a obstinación de los rojos de Constantina se explica en que ellos tenían fe ciega en el triunfo. N o escuchaban más que la radio de Madrid. Y creían, y así lo pregonaban, que sólo Sevilla se había levantado contra. el Gobierno de Madrid. E s i n calculable el número de víctimas que en los pueblos andaluces y extremeños ha produ cido la radio madrileña, engañando a los pueblos sobre la verdadera situación de España. 1 A h o r a ya, batidos en una dirección por, la columna de Castejón, directamente por l a columna de Buiza, y completando los informes que les van llegando de todos los pueblos, se les habrá caído la venda de su e n gaño. Para muchos, ya tarde... Entre las personas que las tropas hubieron de castigar por su directa participación en los sucesos del pueblo, figura una matrona, que tenía en constante amenaza a las personas del pueblo. E n los días de l a lucha se le oía decir: -S i los hombres desfallecen en l a lucha aquí estamos las mujeres para llevar al triunfo a la revolución. Su odio a la sociedad tuvo, fin en la m a ñana del domingo en una cuesta, empedrada de las más céntricas. De los casos más notables de salvación figura el de un señor que fué arrojado a un pozo de mina y dentro fué tiroteado. E L domingo le vimos por las calles, abrazando a todos, corriendo para uno y otro lado y retratada en el semblante la alegría de v i vir. Y és que al que no llega, su hora, no muere por muchos peligros que corra. Parece raro que en un pueblo como el de Constantina, que tantos crímenes se cometieron, dejaran vivas a las personas que quedaban detenidas en el Ayuntamiento. Y es que la columna se presentó de improvisó e n e l pueblo. N o la esperaban. Por ello tamk bién no pudieron huir los de la torre, i t f

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