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ABC SEVILLA 31-03-1951 página 6
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ABC SEVILLA 31-03-1951 página 6

  • EdiciónABC, SEVILLA
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HISTORIA Y LEYENDA H EL BANDIDO GENEROSO glando el desarreglo de los hombres, realizaba una gran obra de igualdad social, robando a los ricos para socorrer a los pobres. No he de negar yo que la muerte de Diego Corrientes y el descuartizamiento de su cadáver hirieron vivamente los sentimientos del pueblo sevillano, pero el espectáculo macabro, con toda su feroz crueldad, estaba muy en láá costumbres de la época y en la ciudad de la Giralda no era extraordinario. El lance del ajusticiamiento fué uno de tantos, siquiera tuviese el interés que le prestó la intervención personal del poderoso magistrado Bruna, el Señor del Oran Poder, como- lo apodaba el pueblo. Ño he leído en ningún cronista contemporáneo de Diego Corrientes, la relación de su vida y muerte, lo que me afirma en mi creencia de que no gozó de la celebridad que alcanzó después de su muerte. El erudito don Leandro José de Flores, en sus Noticias de la collación de San Roque (1817) al dar cuenta de los descuartizados enterrados en el cementerio parroquial, cita escuetamente, entre otros, a Diego Corrientes, en 30 de m a r z o de 1781 Ya muy entrado el siglo XIX, en pleno romanticismo, escribió Fernán Caballero su novela La familia de Albareda en la cual figura un bandido generoso y desinteresado. Nadie vio en este personaje al ladrón de Utrera pero si hemos de creer al padre Coloma, la novelista retrató al legendario bandido, según confidencia que Fernán Caballero hizo al jesuíta; mas la preciosa obra de Coloma ha de acogerse con reservas respecto a las noticias biográficas. La familia de Albareda tuvo un público limitado y no llegó al pueblo en su primera edición, por lo que creo que, aun siendo Diego Corrientes el personaje novelado, no alcanzó por Fernán Caballero popularidad alguna. Después de Fernán Caballero el fecundo escritor don José María Gutiérrez de Alba, d bastante notoriedad en sus días, é escribió un drama titulado Diego Corrientes o el bandido generoso que, representado en Madrid con extraordinario éxito, do luego la vuelta a España. A este i drama del género andaluz se debe el principio de la popularidad d l bandido. e Los versos de Gutiérrez de Alba, declamados admirablemente por el gx n actor Dardalla, que encarnaba lafiguradel bandido, fueron en todos los teatros aplaudidos con entusiasmo. El público veía con simpatía y cariño a Diego Corrientes, convencido de que, como decía el poeta: E hombre de un corasón noble, puro y bondadoso. ¡Qué franco! ¡Qué generoso! L stíma que sea l a d r ó n! ASTA nosotros ha llegado la fama de un bandido andaluz que la Imaginación popular rodeó de excelentes virtudes, presentándolo como pro- totipo de la caridad y de la generosidad y aun cuando nadie negó sus crímenes se proclamó por el pueblo su buen corazón, porque no había manchado con sangre sus manos. Cuando yo era niño aun se hablaba mucho del bandido generoso, Aquel que a nadie turnia: aquel que enx Analucfa por loe caminos andaba, el que a los ricos robajba y a los pobre socorría. Luego, la popularidad de Diego Corrientes, que este es el nombre del ladrón, declinó de súbito y hoy apenas si de él se habla. El campesino de la Andalucía baja se olvidó de este personaje, que en la época de nuestros abuelos, muchos años después de muerto, gozó de extraordinaria popularidad. La celebridad de Diego Corrientes en el siglo pasado se debió a la literatura romántica, ya que poetas, noventas y dramaturgos vieron en la figura del bandido un magnífico personaje qué interesaba al gusto del público sensiblero, dispuesto a llorar y a tomar partido por todo lo que significaba pasión, arrebato, valentía y sacrificio. 81 el romanticismo no hubiese hecho suyo a Diego Corrientes, su fama, fama de criminal, se hubiese extinguido con su vida, Pero el romanticismo idealizó al bandido, lo rodeó de sus mejores galas, lo pintó enamorado, sacrificándose por el amor hasta la muerte; lo convirtió en burlador de la justicia y en un nuevo Don Quijote que, saliendo por los campos, arre- En realidad de verdad, quien hizo héroe a Diego Corrientes fué el genial novelista sevillano don Manuel Fernández y González, llevándolo y dándole romántica vida en una de sus más felices obras: en Diego Corrientes Tengo para mí que fué Fernández y González el que impuso á sus lectores- -que entonces eran toda España- -la fantástica figura del bandido andaluz. Y aquí se do una vez más el caso de que i el poeta- -el novelista- -tuvo más poder que la verdadera historia. De una vida vulgar y nada recomendable, creó un héroe de leyenda, como de un rudo tronco de madera labra el genio una obra de arte. Santiago MONTOTO C. de la Real Academia Dibujo (le Díaz. Española

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