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ABC SEVILLA 12-09-2004 página 38
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38 Sevilla DOMINGO 12 9 2004 ABC Cuatro generaciones de la familia Liñero han regentado esta clásica papelería que cumple ahora cien años con un público fiel, pese a la feroz competencia en el sector. Situada en la barreduela Oropesa, en la esquina de la calle Cuna con el Salvador, conserva su sabor de antiguo comercio Los cien años de Liñero en calle Cuna TEXTO: GLORIA GAMITO FOTO: NIEVES SANZ José Liñero, en el centro, junto a Francisco Javier Barreda y Francisco García, empleado que lleva 35 años en la papelería No es corriente que un comercio cumpla cien años y menos que lo haga en las manos de la misma familia y en el mismo sitio donde se fundó. Todas esas circunstancias se dan en la papelería Linero, fundada en 1904, que llega a su centenario con sabia joven, un público fiel y una variada oferta en artículos de papelería. El Almacén de papel, y objetos de escritorio Andrés C. Liñero como reza el cartel de la puerta, está ubicado en el número 6 de la barreduela de Oropesa, casi en la esquina de la calle Cuna con la Plaza del Salvador. Con todo, el cartel más antiguo se conserva dentro del estbalecimiento: Almacén de papel Andrés C. Liñero, imprenta y objetos de escritorio Ya en su sección de ABC, Casco Antiguo, Abel Infanzón, a principios de los años 80, destacaba que en este viejo adarve de la Sevilla medieval se encontraba este comercio, uno de los más representativos de su género que, decía, tiene el sabor del comercio ya desaparecido En 1904 Andrés C. Liñero, bisabuelo de los actuales propietarios Lola y José Liñero Toscano, fundó este almacén de papel. Procedente de Asturias, llegó a Sevilla dispuesto a establecerse. Él tenía su casa arriba y el negocio abajo. Luego ya su hijo, sólo utilizaba esa vivienda para comer o descansar, pero su domicilio lo tenía en otro sitio. Al frente del negocio quedó luego su hijo José Liñero Ruiz. Después se haría cargo su nieto José Liñero Rodríguez, y en la actualidad lo regentan José y Lola Liñero Toscano, sus bisnietos. La papelería Liñero es un negocio Viejos recuerdos de estudiantes Los sevillanos más ancianos se acordarán incluso de la antigua distribución de la tienda, con el mostrador al fondo, que se cambió en 1969. Los de 50 y 40 años recordamos que Lineros, por sus precios competitivos y la gran variedad de surtido, era cita obligada en el mes de octubre para los estudiantes, que acudíamos a comprar todo el material escolar necesario para afrontar el inicio de curso. Folios, cuadernos, blocs de dibujo, bolígrafos, lápices, gomas, sacapuntas, carpetas, archivadores... Hasta el compás y por supuesto la escuadra y el cartabón. Y en esas fechas era temible soportar las grandes colas, que llenaban al completo el callejón de Oropesa y llegaban incluso a la Plaza del Salvador. Liñero siempre estaba lleno porque luego ya durante el curso había que acudir para reponer existencias. consolidado. Tras el esplendor de los años 60 y 70, cuando era todo un clásico, ha sabido resistir los embates de las grandes superficies y se mantiene como un hipermercado de la papelería. Allí hay de todo: mochilas, clasificadores, material escolar, de oficina y de Bellas Artes, y todo tipo de impresos: sellos de caucho, tarjetas de visita, partes de boda, estampas de comunión... señala José Toscano que gracias a Dios, mantenemos a nuestro público fiel Francisco García, un empleado que lleva 35 años en esta casa, conoce todos los entresijos del establecimiento y es tambien su memoria. Cuenta Francis- SE VENDE HOTEL CON ENCANTO BARRIO SANTA CRUZ SEVILLA 607 87 21 05 630 07 41 72 co que hasta 1969 la tienda tenía otra distribución. El mostrador, que desde ese año está en un lateral, estaba al fondo y había hasta una pila de agua para dar de beber a las bestias de los carros: Se cogían cubos de agua de esa pila para las bestias de los cosarios que venían a recoger el material para llevarlo a los pueblos El almacén del negocio estaba en Triana, y venían con los carros para surtir la tienda y hacer el reparto por la ciudad. Posteriormente este reparto se hizo en triciclo y motocarro. Francisco García recuerda una anécdota que había escuchado a los antiguos dependientes: El tío abuelo de José, Andrés, era una persona muy recta. Un día mandó a un empleado muy joven a llevar unos paquetes. El chaval, que era el clásico empleado le preguntó que cómo los llevaba. E irónicamente Andrés Liñero le dijo: niño, con un coche de caballos y a las dos horas vino el cochero a cobrarle el viaje porque llevó al empleado al Prado con los paquetes En los comienzos del negocio en la tienda había dependientes internos que incluso dormían en unas salas anexas a la tienda: salían los domingos a mediodía, cuando les daban permiso y dinero. Uno de ellos era Cándido Valiño Liñero, sobrino del fundador que vino con 13 años de Asturias. También tiene esta familia un recuerdo triste del establecimiento. Hace cuatro años, en 2000, el padre de José y Lola, José Liñero Rodríguez, murió en la tienda al sufrir un infarto cuando estaba trabajando.

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