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ABC SEVILLA 11-05-2006 página 70
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  • EdiciónABC, SEVILLA
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70 Toros FERIA DE SAN ISIDRO JUEVES 11 5 2006 ABC Tres toros, o casi, bajo el aparente fiasco Monumental de las Ventas. Miércoles, 10 de mayo de 2006. Primera corrida de la Feria. Lleno. Toros de Martelilla, de desiguales hechuras, serios, bajaba más el 3 sin poder ni fuerza en conjunto; destacó la clase de 2 bis, la nobleza del justo 3 y el 6 manso en varas; un sobrero de Arucci, absolutamente inválido, Miguel Abellán, de rosa pálido y oro. Estocada tendida (saludos con alguna protesta) En el cuarto, pinchazo y media atravesada (silencio) Antón Cortés, de negro y oro. Tres pinchazos, estocada defectuosa y tres descabellos. Aviso (silencio) En el quinto, pinchazo y estocada pasada (silencio) Salvador Cortés, de tabaco y oro. Media estocada delantera y dos descabellos. Aviso (silencio) En el sexto, estocada perpendicular. Aviso (saludó desde el tercio) ZABALA DE LA SERNA MADRID. No fue tan fiasco la corrida de Martelilla como se pudiera desprender de un balance rápido y a vuelapluma. El tan matiza el fiasco. O lo matizan los tres toros, o casi tres, que se salvaron de la carencia de fuelle, fortaleza y poder del conjunto. Generalizar, muchas veces, induce al error. Enfatizó la sensación de fracaso un sobrero de Arucci con las manos de mantequilla en el microondas. Y aumentó todavía más la negatividad sentida por el público el presidente Trinidad LópezPastor, que se empeñó en esconder el pañuelo verde. El señor López- Pastor encendió los ánimos de los tendidos, que se inflamaron cuando en el tercio último el toro rodaba como una pelota, de un costado y de otro. Pronto es para hacer de incendiario. Toro muy de público En el desbroce del toro por toro, a la gente le gustó mucho el sexto. De hecho fue toro muy de público en las manos de Salvador Cortés. O en la muleta de Salvador Cortés, que confirmaba la alternativa. Porque en el caballo el toro manseó de lo lindo. Tomó un puyazo, que más que puyazo fue vara defensiva, en la querencia, y después en la contra, en la contraquerencia, luchó lo indecible por quitarse el palo y repucharse en el peto. No se olvidó de dolerse en banderillas. La mala lidia lo tapó, y el confirmante lo enseñó luego. Luego de dejárselo enterito. Lo lució con una distancia generosa que el domecq galopaba con tranco. Galopaba en la distancia y galopaba la distancia. En ese primer muletazo se desplazaba tras la muleta. Permitía colocarse para el siguiente en tanto que repetía. Pero a partir del tercero le faltaba ese tranco de más que proporcionaba antes la inercia que traía. Y al faltarle la repetición se hacía muy encima. Salvador Cortés hizo por ligar- -consiguió una serie muy lograda- y en ese querer siempre se amontonaba un tanto, sin renunciar nunca al ataque. A izquierdas el toro no quiso. Ni de la misma manera ni parecida, y se rebotaba por arriba con un viaje corto. Ya se sabe lo que Madrid disfruta con las distancias, como toda buena afición. Y ya se sabe también lo que conlleva. Fue un toro bueno, se podría Antón Cortés para al tercer toro de la tarde con el capote a la verónica EFE No fue tan fiasco la corrida de Martelilla como se pudiera desprender de un balance rápido decir, pero no en la medida en que se interpretó. Que a decir verdad Salvador Cortés fue harto generoso, y valiente al ceñirse por bernadinas y matar empujando con el corazón. Salvó, y no es caer en juego de palabras facilón con su nombre de pila, su confirmación. Porque en el toro de la ratificación del doctorado le funcionó la cabeza para manejar los tiempos y la altura que el débil enemigo necesitaba. Tan débil como noblón. Ni atosigó ni se agobió con los nervios propios Salvador Cortés salvó, y no es juego facilón de palabras, su confirmación de alternativa de cualquier otro confirmante. Pecó, eso sí, de alargar demasiado la faena. Otro toro de nota, incluso de más nota aunque careció de final, fue el que sumó como segundo de la tarde, una vez que se corrió turno tras producirse el debut en San Isidro 2006 de Florito y sus muchachos. Miguel Abellán se plantó por dos veces a portagayola, ante el toro titular, que por poco le arranca la cabeza, y en el siguiente, que salió como un obús, con sus imponentes pitones a cuestas, pero obedeciendo a la larga cambiada como si se hubiese cosido al vuelo del capote. Abellán ya en pie lanceó, juntas las zapatillas, entre el hervidero inquieto que trae siempre detrás tan arriesgada suerte. A los vuelos acudió siempre el del Marqués de Domecq. O ex del Marqués de Domecq, ahora Martelilla. Quitó M. A. por chicuelinas, y se animó Antón Cortés a hacerlo por verónicas templadas de mejor planteamiento que ejecución. Mas a los vuelos del capote de El Chano no fue. No por no ir, que diría Cruz y Raya, sino porque el capote de El Chano de tan apergaminado carece de vuelos. Abellán se dobló- -viendo como estaba saliendo la corrida sobraba- -y después se puso a dar derechazos. Todos limpios y todos vulgarotes. Entre apertura y redondos se contabilizaron cuatro series, en las que el toro humilló con buena clase. Cuando surgió la zurda, el aire del toro se había vaciado. Antón Cortés se llevó el tercer toro que algo puntuó. Altón, algo cuesta arriba y escurrido de hechuras, sin poder, pero yendo tras la muleta, más descolgado por el pitón derecho que por el izquierdo. Este Cortés de Albacete tocó mucho por fuera con la muleta y retorció no poco la figura para al final obtener nada. Estar por estar, sin apostar. Y hablando de estar, mucho le dejó el muy apagado quinto. Y tampoco pasó nada.

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